El sistema se desplazaba este domingo 17 de agosto al norte de las Islas Vírgenes y Puerto Rico, tras haber alcanzado brevemente la categoría 5 un día antes.
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Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC), en su actualización de las 8:00 a. m., hora de Miami, Erin mantenía la categoría 3 con vientos máximos sostenidos de 200 kilómetros por hora.
El huracán se encontraba a unos 270 kilómetros al norte-noroeste de San Juan y a 430 kilómetros al este-sureste de la isla Gran Turca.
Avanzaba en dirección oeste-noroeste a una velocidad aproximada de 22 kilómetros por hora.
Los vientos con fuerza de tormenta tropical se extendían hasta 330 kilómetros desde su centro.

El pronóstico indica que la intensidad del ciclón podría fluctuar mientras atraviesa un ciclo de reemplazo de la pared del ojo, un proceso que puede hacer que su campo de viento aumente en tamaño.
Erin pasó de ser un huracán de categoría 1 con vientos de 120 kilómetros por hora el viernes por la mañana, a alcanzar la categoría 5 con vientos cercanos a 257 kilómetros por hora en poco más de 24 horas.
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Esta transición lo ubica entre los huracanes de mayor fortalecimiento registrados en el Atlántico, especialmente considerando que ocurrió antes de septiembre.
La intensificación rápida se define como el aumento de al menos 56 kilómetros por hora en la velocidad del viento de un ciclón en un periodo de 24 horas.
Aunque históricamente es más común en septiembre y octubre, este tipo de fenómeno ha sido observado con mayor frecuencia en años recientes.
Las autoridades estadounidenses y de Puerto Rico mantienen vigilancia sobre la evolución de Erin mientras continúa su recorrido por el océano Atlántico, sin representar por ahora una amenaza directa para tierra firme.
