Una potente réplica de magnitud 6.8 estremeció este lunes las costas de la península de Kamchatka, en el extremo oriente ruso, solo días después del devastador terremoto de 8.2 que sacudió la misma región. El nuevo sismo, localizado a 277 km de Petropávlovsk-Kamchatski y a 26 km de profundidad, generó una alerta preventiva de tsunami que activó protocolos en varios países ribereños del océano Pacífico.
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Las autoridades rusas del Ministerio de Situaciones de Emergencia advirtieron inicialmente sobre la posibilidad de olas de hasta 19 centímetros, recomendando a la población costera alejarse de la playa y a las embarcaciones adentrarse mar adentro. Sin embargo, horas después descartaron la amenaza al no materializarse el tsunami.
El evento sísmico forma parte del enjambre de réplicas que siguen al megaterremoto del miércoles, considerado el más fuerte en la región desde 1952. Aquel movimiento telúrico generó olas anómalas que afectaron costas de EE.UU., Japón, las islas Kuriles y varios países latinoamericanos, aunque sin reportes de daños mayores.
Organismos internacionales como el Senapred chileno monitorearon de cerca la situación, determinando que las características del nuevo sismo no representaban peligro para sus costas.