El primer ministro francés, François Bayrou, presentó este martes un ajuste presupuestario histórico de 43,800 millones de euros (2026-2030) para contener la deuda pública, que calificó de “peligro mortal” para el país. El plan combina recortes sociales y aumento de impuestos a los más ricos, en un intento por evitar que los intereses de la deuda —que alcanzarían 100,000 millones anuales en 2029— devoren las finanzas nacionales.
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El paquete incluye:
- Congelación de pensiones en niveles de 2025, erosionando el poder adquisitivo de jubilados.
- Reducción de empleo público y recortes en salud y bienestar social.
- Posible eliminación de dos días festivos (Lunes de Pascua y 8 de mayo, fecha que conmemora el fin de la Segunda Guerra Mundial).
- “Contribución solidaria” para fortunas altas.
- Crisis política y económica
El presidente Emmanuel Macron encargó el plan tras perder mayoría parlamentaria en 2023, lo que paralizó reformas clave. Francia, con la tercera deuda más alta de la UE (más de 3,3 billones de euros en 2024), busca evitar sanciones por incumplir límites de déficit comunitarios.
Las medidas, que impactarán especialmente a jubilados y funcionarios, ya generan críticas por su costo social, en un contexto de inflación persistente. Bayrou justificó la austeridad: “Nos hemos vuelto adictos al gasto público”, pero la oposición advierte sobre mayor desigualdad.