Ovidio Guzmán López, uno de los hijos del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, se declaró culpable este viernes de delitos de crimen organizado y narcotráfico ante un tribunal federal en Chicago, marcando un giro crucial en la lucha contra el Cártel de Sinaloa.
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Durante la audiencia, Guzmán López admitió haber liderado la organización y haber traficado fentanilo y otras drogas desde México hacia Estados Unidos. Además, aceptó un acuerdo de colaboración con las autoridades estadounidenses, que incluye el pago de 80 millones de dólares en multas. El capo, quien aseguró padecer depresión, pero afirmó que esto no afectó su capacidad para tomar decisiones, evitó así un juicio que podría haberlo llevado a una condena perpetua, como la de su padre.
Esta es la primera vez que un miembro de la familia Guzmán acepta su culpabilidad, lo que podría debilitar aún más la estructura del cártel. Se espera que su hermano, Joaquín Guzmán López, siga sus pasos en los próximos meses, lo que reforzaría la colaboración con la justicia estadounidense.
Como parte del acuerdo, Ovidio y su hermano tendrían que declarar como testigos en futuros juicios, incluido el de Ismael “El Mayo” Zambada, antiguo socio de “El Chapo” y ahora principal objetivo del gobierno de EE.UU. Esta situación podría exacerbar la violencia entre las facciones del cártel, especialmente entre “Los Chapitos” (los hijos del “Chapo”) y los seguidores de Zambada, cuya rivalidad ya ha dejado cientos de muertos en los últimos meses.
