Francia enfrenta este viernes su primera ola de calor del año con temperaturas récord que superan los 35 ºC y un nivel de alerta que preocupa a autoridades y ciudadanos. Según Météo-France, el fenómeno es inusualmente intenso y precoz, afectando sobre todo el oeste del país, donde el termómetro podría alcanzar entre 36 ºC y 38 ºC este fin de semana, unos diez grados por encima del promedio habitual.
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“Esta ola de calor es notable por su precocidad, pero también por su intensidad”, explicó Tristan Hamm, portavoz de Météo-France. El fenómeno climático se produce justo antes del inicio oficial del verano boreal y ha obligado a tomar medidas urgentes: parques abiertos hasta más tarde, ajustes en los horarios laborales —sobre todo en los viñedos— y cancelaciones de salidas escolares por precaución.
La situación podría agravarse el sábado, cuando se espera que la ola de calor se extienda por todo el territorio francés, coincidiendo con la tradicional Fiesta de la Música, que suele celebrarse con conciertos al aire libre. En algunas regiones, se prevé que las temperaturas rocen los 39 ºC, lo que representa un riesgo adicional para niños, adultos mayores y personas vulnerables.
En medio de este escenario extremo, se registró una tragedia en el sur del país: un bebé de un año fue hospitalizado en estado crítico tras pasar cinco horas dentro de un coche estacionado bajo el sol. El menor sufrió una deshidratación severa y fue trasladado de urgencia en helicóptero. Las autoridades han recordado que dejar a menores en vehículos, aunque sea por poco tiempo, puede ser letal bajo estas condiciones.

Météo-France ha indicado que las tres olas de calor que se han producido antes del 21 de junio en el pasado también ocurrieron en el siglo XXI, lo que confirma la tendencia asociada al cambio climático que intensifica y adelanta estos eventos extremos.