Autoridades mexicanas y estadounidenses descubrieron un túnel subterráneo de 350 metros que conectaba la ciudad mexicana de Tijuana, Baja California, con San Diego, California. El paso clandestino, ubicado en una vivienda de la colonia Nueva Tijuana, contaba con iluminación, ventilación y una ruta definida que terminaba en una bodega en Estados Unidos.
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El operativo, realizado por el Ejército Mexicano, la Marina y la Policía Estatal, reveló que el túnel estaba oculto bajo una losa hidráulica entre la sala y la cocina de la casa. Para acceder a él, era necesario descender 13.5 metros por una escalera metálica en mal estado. En el lugar también se encontraron dosis de metanfetamina, lo que sugiere su uso para el tráfico de drogas.
El pasadizo pasaba por debajo de la Aduana de Otay, un punto clave de vigilancia fronteriza, lo que evidencia la sofisticación de estas operaciones ilegales. Este hallazgo se suma al de otro túnel descubierto en enero entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas, detectado gracias a denuncias ciudadanas.
Las autoridades refuerzan la vigilancia en la zona, mientras investigan las redes criminales detrás de estas infraestructuras clandestinas.