En medio de celebraciones por el 250 aniversario del Ejército de Estados Unidos y coincidiendo con su cumpleaños, el presidente Donald Trump encabezó este sábado un desfile militar en Washington que estuvo marcado por fuertes críticas y manifestaciones bajo el lema “No Kings Day”. La protesta se llevó a cabo con manifestaciones en distintas ciudades de Estados Unidos, así como movilizaciones en países como México, Reino Unido y Alemania. En ciudades como Nueva York, Atlanta, Chicago, Los Ángeles y Austin, miles de personas salieron a las calles para expresar su rechazo a las políticas migratorias y económicas del actual gobierno estadounidense.
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Repliegue de manifestantes
En Los Ángeles, la marcha comenzó poco después de las 10:00 horas, con punto de reunión en 202 North Hill St., cerca del ayuntamiento. De acuerdo con autoridades locales, más de 20 mil personas participaron en la manifestación. Luego de seis horas de protestas, la policía comenzó a replegar a la gente en el centro de la ciudad, particularmente en los alrededores del edificio del ayuntamiento y del Centro Metropolitano de Detención.
“La policía montada comenzó a replegar a la gente de la avenida Alameda, donde se ubica el Centro Metropolitano de Detención. Muchos de los manifestantes que no querían retirarse fueron obligados a retroceder con balas de goma”, reportaron medios locales.
“Trump debe irse”
Aunque los organizadores descartaron manifestarse en la capital, veteranos de guerra y migrantes hispanos llevaron su protesta directamente a las puertas de la Casa Blanca, mientras se desarrollaba el desfile militar. Al grito de “Trump must go” (Trump debe irse), cientos de manifestantes se reunieron en el histórico parque Lafayette para exigir respeto a los veteranos y a las comunidades migrantes.
Durante la protesta, un grupo reducido de simpatizantes del presidente, identificados como manifestantes MAGA, intentó infiltrarse en la marcha pacífica. Fue necesaria la intervención de agentes del Servicio Secreto para evitar un altercado entre ambos grupos.
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También tomaron la palabra activistas hispanos, quienes desafiaron la posibilidad de ser detenidos por las autoridades migratorias para alzar la voz en defensa de los derechos civiles. Por separado, veteranos de guerra denunciaron los planes de la administración Trump para despedir a 80 mil empleados del Departamento de Veteranos, lo que, según ellos, podría afectar los servicios médicos y sociales de más de 15.8 millones de veteranos en el país.
Desfile avanzó en medio de las protestas
Mientras tanto, Trump continuó con los actos oficiales. El desfile militar incluyó la participación de 6,700 soldados uniformados, 26 tanques Abrams, 27 vehículos Bradley, helicópteros Black Hawk y Chinook, y aeronaves históricas como los P-51 Mustang. También se realizó un salto en paracaídas de los Caballeros Dorados del Ejército, un espectáculo de fuegos artificiales y un mensaje presidencial. Trump defendió su decisión de realizar el desfile, afirmando: “Otros países celebran sus victorias; ya era hora de que lo hiciera Estados Unidos también”.
Al cierre del evento, dijo: “El Ejército ha forjado un legado de coraje sin parangón, sacrificio único y una gloria inmortal sin igual”, y calificó al ejército estadounidense como “la fuerza más grande, temible y valiente que ha caminado sobre la faz de la Tierra”, concluyó.
