El icónico cráter de gas de Darvaza, conocido como las “Puertas del Infierno”, estaría cerca de extinguirse después de más de cinco décadas ardiendo ininterrumpidamente en el desierto de Karakum, Turkmenistán. Según datos presentados en una conferencia científica en Asjabad, la intensidad de las llamas ha disminuido drásticamente en los últimos años debido al agotamiento del gas que lo alimentaba.
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El cráter, de 60 metros de diámetro y 30 de profundidad, se formó en 1971 durante una fallida perforación soviética. Desde entonces, el fuego no se ha apagado, convirtiéndose en un fenómeno natural único y una curiosidad turística. Sin embargo, en 2022, el gobierno turkmeno ordenó buscar formas de extinguirlo debido a su enorme impacto ambiental, ya que emitía grandes cantidades de metano, un potente gas de efecto invernadero.
Irina Luryeva, del consorcio estatal Turkmengaz, explicó que la instalación de pozos de captura alrededor del cráter ha permitido reducir el flujo de gas hacia el fuego. “Las llamas, que antes se veían a kilómetros, ahora solo son visibles de cerca”, señaló. Además, destacó que Turkmenistán ha logrado eliminar por completo las emisiones de metano en sus instalaciones gasíferas desde finales de 2023, en línea con su meta de reducirlas en un 30% para 2030.
