La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, anunció este martes la implementación de un toque de queda en un área de una milla cuadrada del centro de la ciudad, en respuesta a cinco días consecutivos de intensas protestas contra las redadas migratorias realizadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
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La medida, que entró en vigor a las 20:00 horas del martes y se extenderá hasta las 6:00 horas. del miércoles, busca frenar los disturbios que han dejado saqueos, bloqueos y enfrentamientos con la policía.
La zona afectada por el toque de queda está delimitada por las autopistas 5, 110 y 10, un sector céntrico de alto tránsito. De acuerdo con el jefe de policía Jim McDonnell, la orden no aplica a residentes, trabajadores en tránsito o medios acreditados, pero quienes la violen sin justificación podrían ser arrestados. Bass señaló que la medida podría extenderse varios días, dependiendo del desarrollo de los acontecimientos y tras consultas con autoridades locales y de seguridad.
¿Qué está sucediendo en Los Ángeles?
Las protestas comenzaron el viernes 6 de junio, tras una serie de redadas del ICE que, según la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles, han resultado en la detención de más de 300 personas. Las manifestaciones han escalado en intensidad: el lunes por la noche se reportó el saqueo de 23 negocios y el bloqueo de la autopista 101, una de las principales vías de la ciudad. Desde el sábado, se han registrado más de 180 arrestos, algunos por cargos tan graves como intento de homicidio con cócteles molotov.
En paralelo, la alcaldesa declaró un estado de emergencia local, subrayando su compromiso con el derecho a la protesta pacífica, pero también su rechazo a los actos de vandalismo. “Hay una diferencia entre manifestantes que ejercen su derecho legítimo y quienes vienen a destruir”, puntualizó Bass.