El canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, informó este lunes que 42 mexicanos (37 hombres y 5 mujeres) fueron detenidos durante las redadas y disturbios registrados en Los Ángeles desde el viernes pasado. De ellos, cuatro ya fueron deportados a México: dos por órdenes judiciales y otros dos de manera voluntaria.
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El secretario de Relaciones Exteriores detalló que el Gobierno cuenta con una base de datos actualizada de los detenidos, cuyas familias ya han sido contactadas por personal consular. “Estamos analizando cada caso para determinar los siguientes pasos”, explicó durante una conferencia de prensa junto a la presidenta Claudia Sheinbaum.
Destacó que la mayoría de los mexicanos arrestados fueron capturados mientras trabajaban en una fábrica textil, subrayando que son migrantes con años de residencia en EE.UU., integrados laboralmente. “El 95% de los 4.9 millones de connacionales indocumentados lleva más de cinco años trabajando honestamente”, afirmó.
El canciller agradeció el apoyo de los embajadores de EE.UU. en México, Ronald D. Johnson, y de México en EE.UU., Esteban Moctezuma, quienes facilitaron el acceso de agentes consulares a los centros de detención pese a los disturbios. “Verificamos su estado de salud y les brindamos asistencia en este momento de tensión”, dijo, llamando a la comunidad a mantener la calma y protestar pacíficamente.
Sheinbaum, por su parte, criticó las prácticas que criminalizan la migración y ponen en riesgo a los mexicanos en EE.UU. “Utilizaremos todos los canales diplomáticos y legales para proteger sus derechos”, afirmó, pidiendo a las autoridades estadounidenses garantizar procesos migratorios con respeto a la dignidad humana.
Condenó además la violencia durante las protestas del fin de semana —donde policías reprimieron manifestantes con gases lacrimógenos—, rechazando actos como la quema de patrullas. “La red consular está activa para asesorar legalmente a nuestros connacionales y asegurar un trato justo”, reiteró.
México reiteró su disposición a colaborar con EE.UU. en soluciones migratorias basadas en derechos humanos y desarrollo compartido, en medio de la creciente tensión bilateral.
