El presidente Donald Trump ha anunciado la reapertura y expansión de la histórica prisión de Alcatraz, con el objetivo de albergar a los criminales más violentos y reincidentes del país. La decisión ha generado reacciones encontradas y plantea desafíos logísticos y legales.
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Alcatraz: De prisión federal a atracción turística
La prisión de Alcatraz, ubicada en una isla frente a San Francisco, California, funcionó como penitenciaría federal desde 1934 hasta su cierre en 1963. La decisión de clausurarla se debió a los altos costos operativos y al deterioro de su infraestructura, agravado por la exposición constante al agua salada y los vientos marinos. Además, su capacidad limitada y las dificultades logísticas para abastecer la isla contribuyeron a su cierre.
Desde entonces, Alcatraz se ha convertido en una popular atracción turística, administrada por el Servicio de Parques Nacionales, recibiendo aproximadamente 1.5 millones de visitantes al año .

Desafíos logísticos y legales
La reapertura de Alcatraz presenta múltiples desafíos. La isla es actualmente un sitio histórico protegido y una atracción turística, lo que implica restricciones legales para su modificación. Además, la infraestructura existente requiere una renovación significativa para cumplir con los estándares penitenciarios modernos.
El presidente Trump ha instruido al Buró Federal de Prisiones, al Departamento de Justicia, al FBI y al Departamento de Seguridad Nacional para que colaboren en la reconstrucción y expansión de la prisión . Sin embargo, hasta el momento, no se ha anunciado un plan detallado ni se ha asignado un presupuesto específico para este proyecto.
Reacciones políticas y sociales
La decisión ha generado críticas por parte de líderes políticos, especialmente en California. La expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, calificó la iniciativa como “no seria” y una distracción política.
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El gobernador de California, Gavin Newsom, y otros funcionarios estatales también han expresado su oposición, argumentando que la reapertura de Alcatraz no aborda las causas fundamentales del crimen y podría desviar recursos de programas de rehabilitación y prevención