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La importancia de incluir a Taiwán en la ONU para mantener la seguridad regional en el Indo-Pacífico

Vivia Chun-Fei Chang, embajadora de la República de China (Taiwán).
Vivia Chun-Fei Chang, embajadora de la República de China (Taiwán).

Taiwán es un socio esencial para la comunidad internacional, contribuyendo con más del 90% de la producción mundial de semiconductores de alta gama y una parte significativa de los chips avanzados que impulsan la inteligencia artificial (IA).

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No obstante, la situación en el estrecho de Taiwán se encuentra en un punto crítico, debido a que la República Popular China ha malinterpretado la Resolución 2758 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) para justificar la exclusión injusta de Taiwán del sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esta exclusión no solo pone en riesgo la estabilidad en la región del Indo-Pacífico, sino que también compromete la paz y seguridad internacional. Es imperativo que la comunidad internacional reconozca que únicamente el gobierno democráticamente elegido de Taiwán tiene la legitimidad para representar a sus 23.5 millones de ciudadanos en la ONU y otros foros internacionales.

La exclusión de Taiwán del sistema de la ONU es una injusticia que debe ser corregida. Este año, la Asamblea General de la ONU adoptó el lema “No dejar a nadie atrás”, subrayando la importancia de incluir a todas las naciones en los esfuerzos por promover la paz, el desarrollo sostenible y la dignidad humana. Sin embargo, los 23.5 millones de ciudadanos taiwaneses siguen siendo marginados, lo cual contradice los principios fundamentales de la ONU y obstaculiza la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030.

Taiwán ha demostrado ser un miembro responsable de la comunidad internacional, cumpliendo con los ODS y brindando asistencia valiosa a muchos países. Un ejemplo notable es la colaboración con Guatemala, donde Taiwán ha contribuido significativamente en diversos proyectos de desarrollo sostenible, como la construcción del edificio de neonatología del Hospital San Juan de Dios, proporcionando equipamiento médico y suministros esenciales para garantizar el acceso universal a la salud. Asimismo, a través de su Misión Técnica, Taiwán ha implementado el proyecto de Promoción de Tecnología Médica para el Mejoramiento de la Salud Materno-Neonatal, ampliando la cobertura en los departamentos de Guatemala y Chimaltenango, con el objetivo de fortalecer la atención materno-infantil en el país.

Por lo tanto, es crucial que la Secretaría de la ONU mantenga su imparcialidad y ponga fin a las políticas discriminatorias contra Taiwán. La próxima 79 Asamblea General de las Naciones Unidas y su Cumbre del Futuro representan una oportunidad única para incluir a Taiwán y abordar las preocupaciones de seguridad en la región, avanzando juntos hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible globales. Para garantizar que nadie quede atrás en la búsqueda de un mundo más justo, pacífico y sostenible, las Naciones Unidas deben tomar medidas inmediatas para corregir esta injusticia y permitir que Taiwán ocupe su lugar legítimo en la comunidad internacional.

Para concluir, quisiera aprovechar esta oportunidad para hacer un llamado a nuestros estimados aliados con ideas afines, instándolos a apoyar la continua inclusión de Taiwán en las diversas reuniones y actividades de las Naciones Unidas. La inclusión de la República de China (Taiwán) permitiría aprovechar los valiosos conocimientos y experiencias que nuestra nación puede aportar en áreas como la salud, la seguridad y la tecnología, entre otros, con el fin de construir juntos un mundo de paz y fomentar la prosperidad en todas las naciones.

“¡Avancemos juntos con determinación y fortaleza!”, dijo Vivia Chun-Fei Chang, embajadora de la República de China (Taiwán).

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