Inacif confirma que la osamenta localizada en un pozo de 31 metros de profundidad el pasado 6 de junio en Escuintla, pertenece a Floridalma Roque. Aquí los detalles.
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“Ya nos dieron los resultados en donde se comprueba que la osamenta que ingresó si pertenece a los restos de mi mamá”, confirmó el hijo de Floridalma.
El pasado 6 de junio autoridades localizaron restos humanos en un pozo de 31 metros de profundidad en una finca ubicada en San Vicente Pacaya, Escuintla.
Luego de al menos 12 horas para recuperar la osamenta, fue trasladada a la Morgue del Instituto Nacional Ciencias Forenses (Inacif), donde médicos forenses le realizarían la necropsia para determinar la causa de muerte y confirmar la identidad.
El hallazgo del cuerpo se dio luego de una diligencia del Ministerio Público (MP), que realizó a en seguimiento a declaraciones brindadas por el médico Kevin Malouf, quien habría revelado el punto exacto donde se encontraba, esto a cambio de una reducción en su condena y luego de que varios de los trabajadores de la clínica relataran lo que sucedió el día de la cirugía de Floridalma.
Este martes 16 de julio, el Inacif confirmó que los restos pertenecen a Floridalma Roque. José, hijo de la víctima, fue quien aseguró que los restos sí pertenecían a su progenitora.
Agregó que se apagó la esperanza de encontrarla con vida, pero se alegra que le podrán dar cristiana sepultura.
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El 13 de junio, se cumplió un año de que Floridalma Roque fue vista por última vez por sus familiares, quienes sabían que entraría a tres procedimientos estéticos en la clínica del doctor Kevin Malouf.
La hondureña residente en Estados Unidos viajó a Guatemala, como lo hizo en otras ocasiones, para someterse a este tipo de tratamientos con el cirujano plástico, no obstante, ese día los familiares perdieron comunicación con ella e iniciaron la búsqueda.
Derivado de la alerta de desaparición y la investigación que se inició, el Ministerio Público sustenta que la mujer murió durante uno de estos procedimientos y que Malouf, habría dirigido un plan para guardar silencio y desaparecer el cadáver.