Kate Middleton ha hecho su segunda aparición pública desde que fuera diagnosticada de cáncer. Vestida de morado, sonriente, alegre y muy tranquila, la princesa de Gales ha aparecido en Wimbledon, después de su primer acto en el ‘Trooping the Colour’, evento en el que deslumbró a todos con traje blanco con ribeteado en negro y un enorme tocado a juego, junto a dos se sus grandes apoyos: su hermana Pippa (40 años) y su hija Charlotte (9 años).
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La princesa de Gales, que manifestó en su vídeo que quería llevar con la máxima privacidad su enfermedad, no solo ha acudido al palco real minutos antes de que comenzara el partido entre Carlos Alcaraz y Novak Djokovic sino que ha acudido al recinto un poco antes para conocer a algunas de las tenistas femeninas entre las que se encontraban Barbora Krejčíková y Emma Raducanu.
La duquesa de Cambridge, que es además patrona de All England Lawn Tennis y del Croquet Club, siempre ha intentado no perderse ningún torneo desde que se casara con el príncipe Guillermo, aunque también acudió alguna vez cuando todavía no estaban casados.
Pero sin duda esta final entre el serbio y el español es muy especial tanto para ella como para la corona británica después de meses protagonizados por el hermetismo de su enfermedad.
“Feliz de estar de vuelta en Wimbledon. No hay nada como los campeonatos”, ha escrito Kate Middleton junto a varias fotos en las que aparece saludando a las deportistas junto a su hija Charlotte.
Y es que la pequeña además ha recibido un inesperado regalo de Barbora, que le ha dado una de las raquetas que ha utilizado en el torneo. Muy contentas con el detalle de la deportista, madre e hija han sonreído a todos los presentes y minutos después han acudido juntas y de la mano para ver la final.