La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés), informó que identificó una llamarada emanada de la fuente de energía natural cuya fuerza no se había registrado desde hace más de una década.
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El fenómeno del Sol se presentó a tan solo días de las tormentas solares que azotaron al planeta y que crearon vistosas y atípicas auroras boreales en zonas casi imposibles de verlas.
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés) indicó que la llamarada emanada del Sol es la más grande registrada desde los últimos 11 años; sin embargo, todavía resta que llegue a su punto máximo.
La NOAA explicó que pese al peligro que representan las llamaradas solares, en esta ocasión el planeta Tierra está a salvo ya que está fuera de la línea de fuego porque la explosión de la llamarada ocurrió en una parte del Sol que está alejada del tercer planeta más cercano al astro.
El fenómeno solar fue captado por el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA, quien calificó la intensidad de las llamaradas como X8.7.
Las consecuencias para la Tierra se reflejaron con uno de los satélites medioambientales que giró de manera inesperada por la reducción de altitud provocada por el calor.
Sin embargo, las consecuencias para la humanidad no afectarían en la salud, pero sí impactaría en la tecnología de la que dependen servicios comunes y necesarios como la interrupción del suministro de agua potable y fallas masivas en la tecnología digital, en los sistemas de transporte y en la energía eléctrica.
