El encargado de una finca de Mazatenango, Suchitepequez procedia a efectura preparativos para la zafra, es decir, para cosechar la caña de azúcar. En sus rondas de inspección por el terreno, un curioso artefacto llamó su atención, por lo que no dudó en llamar a las autoridades.
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Se trató de una granada de mortero de 60 mm que se pretendía tuviera un uso bélico con el objetivo de causar daño a las personas trabajadoras de la finca azucarera.
Por su parte, el trabajador alertó a los expertos de la División de Investigación y Desactivación de Armas y Explosivos (DIDAE) de la Policía Nacional Civil (PNC) quienes realizaron un procedimiento de manipulación y destrucción de forma controlada del dispositivo.
Los agentes llevaron el artefacto a un sector aislado para proceder a su destrucción y que este no causara daños a las personas que trabajan diariamente en el lugar.
Sin embargo, las personas a cargo de estas grandes extensiones de terreno enfatizan que constantemente los delincuentes utilizan estos lugares para cometer sus fechorías, pues suelen ser desolados.