El Ministerio de Gobernación ha concentrado sus primeras semanas de trabajo en la realización de requisas y la creación del Equipo Multidisciplinario de Control de Acceso Penitenciario, para atacar las extorsiones. Para expertos en el tema la piedra angular seguirá siendo el control de los centros de privación de libertad y el aislamiento de los responsables de esa actividad delictiva, observando parte de la estrategia de El Salvador y sus fuerzas de seguridad, presidida por Nayib Bukele.
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El nuevo gobierno recibió un Sistema Penitenciario con 22 centros de privación de libertad y una sobrepoblación de reclusos que ya superó el 100% en más de una ocasión.
La administración del ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, aseguró que enfocaría los esfuerzos de la cartera en el ataque a las extorsiones. En sus primeras semanas de labores se reportan más de 6 requisas e incautación de ilícitos.
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Aislamiento y el modelo de Bukele
Un consultor en temas de seguridad y que ha trabajado de cerca con la cooperación de Estados Unidos a Guatemala, explicó a Publinews que, guardando las distancias, se necesita un modelo de aislamiento similar al impulsado por el Gobierno del presidente de El Salvador, Nayib Bukele para ser efectivos contras las extorsiones.
“El abordaje está intentando de alguna forma acercarse al centro de todo el problema, las estructuras carcelarias de donde salen la mayoría de extorsiones pero, hacer requisas no es lo mismo que retomar el control de las cárceles. Basta ver lo que ha sucedido en Ecuador recientemente”, remarcó.
Para el experto el abordaje de la problemática en Guatemala sigue siendo tradicional, por lo menos las acciones publicitadas por la cartera de Gobernación.
“El problema tiene que abordarse al revés de como ha sido entendido en la cadena del proceso de seguridad. Se entiende que el primer escalon es, la detencion del individuo, siguiendo por la presentacion al juez, investiacion, cadena, sentencia, carcel. Al darle vuelta, la preocupación inicial, primer escalon se hace poder tener centros de detencion efectivos que aislan. Eso es lo que la gestion de Bukele hace precisamente, al construir carceles de maxima seguridad que aislan, y un barrido mas intenso de personas termina por reducir los indices . La data es clara. El costo humano tambien”, reiteró.
Además, explicó que al no contar en Guatemala con cárceles que permitan aislar y tampoco la capacidad de realizar detenciones masivas, lo que “queda” es más o menos intentar mostrar algun tipo de control aumentado, es decir, las requisas en centro carcelarios y aumentar presencia de las fuerzas de seguridad.
Aislamiento clave
Walter Menchú, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), consideró las requisas como la “pata de una mesa”, respecto a las acciones emprendidas contra las extorsiones, aunque no demerito el impulso de esas medidas para controlar las extorsiones.
El bloqueo de señal, el control de los ingresos a los centros carcelarios y una ampliación del Equipo Multidisciplinario de Control de Acceso Penitenciario para evitar que los agentes del Sistema Penitenciario tengan a su cargo los controles que permiten el ingreso de ilicitos, son las otras acciones que considera necesarias Menchú.
Sobre el modelo de aislamiento en El Salvador, el analista ve la necesidad de construir una cárcel de máxima seguridad como la de ese país, para perfiles de alta peligrosidad o edificar módulos dentro de las existentes.
“Debería partir de la adecuada clasificación de los reclusos. Hay quienes están dispuestos a redimirse y deberían estar en cárceles de mínima seguridad. Pero quienes siguen delinquiendo deben ser aislados, sin privilegios”, apuntó.
Menchú mencionó que menos del 10% de los reclusos deberían ser aislados, por los que es viable la construcción de esa infraestructura.
En El Salvador
El Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), es la prisión de máxima seguridad edificada por el gobierno de Nayib Bukele para miembros de al menos 3 pandillas señaladas como responsables de extorsiones, muertes entre otros delitos.
El centro carcelario, aunado a la guerra contra la pandillas, según el propio Bukele ha permitido la reducción de los homicidios en ese país.
En Guatemala se ha descartado replicar el modelo Bukele, aunque el nuevo gobierno prometió construir cárceles.