La Agencia Espacial Europea (ESA) informó este martes la primera detección de una espectacular explosión de rayos X proveniente de un agujero negro supermasivo, un fenómeno que generó vientos de potencia extrema y expulsó material a velocidades nunca antes registradas.
El evento tuvo lugar en el núcleo galáctico activo de la galaxia espiral NGC 3783, ubicada a 130 millones de años luz. Su agujero negro central, con una masa equivalente a 30 millones de soles, produjo un brillante estallido inicial que fue captado por los telescopios espaciales XMM-Newton y XRISM.
Tras la explosión, se desencadenaron vientos ultrarrápidos que expulsaron gas del disco de acreción a casi 60,000 km/s, alrededor del 20% de la velocidad de la luz. Los científicos creen que este fenómeno se origina cuando los campos magnéticos del disco se reorganizan súbitamente, liberando enormes cantidades de energía, un proceso comparable a las eyecciones de masa coronal de las estrellas, pero miles de millones de veces más potente.
Según el investigador Liyi Gu, este hallazgo ofrece “una oportunidad única” para comprender la formación de estos flujos ultrarrápidos, conocidos como UFO por sus siglas en inglés, y aporta nuevas claves sobre la capacidad de los agujeros negros no solo para atraer materia, sino también para expulsarla bajo condiciones extremas.