En la Facultad de Derecho de la Universidad de San Carlos de Guatemala existe una fuente que, a simple vista, parece inofensiva. Sin embargo, entre los pasillos antiguos y las conversaciones de los estudiantes circula una advertencia que ha pasado de generación en generación:
👉 “Quien toque el agua antes de graduarse… jamás aprobará sus exámenes profesionales.”
Mientras algunos consideran la frase como una broma universitaria más, otros aseguran que se trata de una verdadera maldición. Con el tiempo, la leyenda se ha fortalecido gracias a los testimonios que muchos prefieren no cuestionar: estudiantes que repitieron exámenes sin explicación, otros que solo se atrevieron a tocar el agua al graduarse y quienes simplemente evitan la fuente para no tentar al destino.
Pero entre todas las historias, hay una que destaca: la de Luisa Martínez, una estudiante recién ingresada que decidió desafiar la advertencia. Una tarde, por curiosidad, tocó el agua de la fuente… y, según narran sus compañeros, fue entonces cuando comenzaron sus dificultades académicas. Documentos extraviados, materias perdidas, catedráticos que aseguraban no tenerla en lista, y trámites que inexplicablemente se retrasaban. Todo mientras los años pasaban.
Luisa terminó aceptando “así lo cuenta la tradición oral estudiantil”, que había despertado la maldición. Y aunque continuó luchando, su historia se convirtió en uno de los relatos más repetidos entre quienes creen que la fuente no perdona a quien la desafía antes de tiempo.
La leyenda nació, según cuentan los más antiguos, cuando un grupo de estudiantes de otra época decidió bañarse dentro de la fuente. Ninguno logró graduarse a tiempo; algunos abandonaron la carrera, otros enfrentaron contratiempos sin explicación aparente. Desde entonces, el agua se convirtió en símbolo de respeto… y de miedo.
Esta historia forma parte de los relatos recopilados por Historias y Relatos de Guatemala:
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