Entre los juegos mecánicos, las comidas típicas y otras actividades familiares se esconde anécdotas interesantes sobre el Pie de Lana entre los comerciantes.
PUBLICIDAD
Durante una expedición exclusiva realizada por Publinews en la Feria del Cerrito del Carmen, que se celebra en el parque centenario de la zona 1, varios trabajadores afirmaron haber presenciado la manifestación del enigmático Pie de Lana. Tere, una de las comerciantes, compartió una experiencia que vivió en su infancia mientras buscaba al misterioso personaje:
“Cuando éramos pequeñas, mi hermana, algunos compañeros de la feria y yo solíamos caminar hasta la orilla del Cerrito del Carmen. Íbamos conversando, debatiendo entre nosotros si el Pie de Lana podría aparecer en ese lugar. Con mi hermana, esperábamos hasta la madrugada con la esperanza de encontrarlo. Siempre quedará el misterio de si, en ese momento, realmente estuvo allí con nosotros.”
Lee: Guatemaltecos visitan este fin de semana la Feria del Cerrito del Carmen
El origen de Pie de Lana
Se trataba de un ladrón popular en Guatemala, durante el siglo XIX, su nombre verdadero era Juan Demonté, fue apodado de esa manera, ya que antes de ingresar a una casa para hurtar utilizaba calcetines de lana para no provocar ruido al caminar. Fue un tipo como Robin Hood en Guatemala. Al ser atrapado, tuvo que pagar sus robos en la horca, fue colgado en el sitio donde pertenece actualmente la Ermita del Cerrito del Carmen.
PUBLICIDAD
“Cuando éramos niños, antes de entrar a la Feria del Cerrito, nos advertían que no podíamos salir durante la noche, porque en esas horas aparecía el temido Pie de Lana. Sentíamos miedo de encontrarnos con ese oscuro personaje, y por eso preferíamos quedarnos dentro. Aun así, siempre llegábamos felices, porque la Feria del Cerrito del Carmen nos bendecía desde pequeños. Aunque disfrutábamos, el temor de que apareciera y nos hiciera daño nunca desaparecía del todo.”
¿Qué sucedía cuando te encontrabas con el Pie de Lana?
“Lo que hacía era salir a espantar por las noches. Si alguien se atrevía a salir, el Pie de Lana podía llevarse su alma”, relata Ericka Rodríguez, de la Churrería Superior.
