Se acerca el Día de la Madre y con él los desayunos, las flores y los regalos. Pero detrás de esta celebración tan especial hay una historia que vale la pena conocer. Porque no, no fue inventada por una tienda ni por las redes sociales: su origen es mucho más antiguo y profundo.
La idea de honrar a las madres viene desde tiempos antiguos. Los griegos celebraban a Rea, madre de los dioses, y los romanos a la diosa Cibeles. Pero el Día de la Madre moderno comenzó a tomar forma en Estados Unidos gracias a Anna Jarvis, quien en 1908 organizó un homenaje a su madre, una activista que ayudaba a soldados durante la guerra civil. La idea tomó fuerza y en 1914 fue reconocida oficialmente por el presidente Woodrow Wilson.
Lo curioso es que, con el tiempo, la misma Anna Jarvis se opuso a cómo se comercializó la fecha. Quería un día de reflexión y agradecimiento sincero, no un negocio de flores y postales. Luchó para que no se perdiera el sentido original de la celebración: honrar el amor, el esfuerzo y el sacrificio de las madres.
En América Latina, cada país adoptó su propia tradición. En Guatemala, el Día de la Madre se celebra el 10 de mayo, sin importar el día de la semana. Una fecha que se mantiene firme, año con año, como un símbolo de cariño y respeto.
Así que antes de comprar el regalo o planear la comida, vale la pena recordar de dónde viene esta fecha. No es solo un festejo, es una oportunidad para dar gracias desde el corazón.