Según un estudio realizado por un equipo de más de 40 científicos internacionales, los humanos hemos superado varios Límites del Sistema Terrestre (LST) que ellos han identificado. Los LST son sistemas fundamentales que sustentan la vida en la Tierra. Esta dramática situación está causada por sistemas sociales y económicos insostenibles, basados en la extracción y consumo desmedido de recursos.
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Publicado en la prestigiosa revista Nature, el estudio analiza los límites de diversas estructuras, incluyendo el clima, la biodiversidad, el agua dulce y la contaminación del aire, el suelo y el agua. Señalan que los límites seguros y justos son aquellos que mantienen el equilibrio del planeta, protegen a otras especies, minimizan los daños a los humanos y apoyan un desarrollo humano inclusivo. El único límite que aún no ha sido superado es el de los contaminantes aerosoles.
¿Será el fin de la Tierra?
Johan Rockstrom, del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático y autor principal del estudio, declaró su preocupación por los resultados. Según él, ya se observan “importantes impactos sociales”, con millones de personas afectadas por el cambio climático. Aseguró que, de no producirse una transformación global a tiempo, se precipitarán cambios irreversibles que afectarán gravemente el bienestar humano.
Desde 2015, los estados miembros de la ONU han acordado limitar el aumento de la temperatura global a 1.5C y proteger la biodiversidad en el 30 % de las áreas terrestres, marinas y de agua dulce. Sin embargo, los científicos advierten que estamos lejos de alcanzar estos objetivos.
La coautora del estudio, Joyeeta Gupta, de la Universidad de Ámsterdam, señaló que la justicia es fundamental para que la humanidad viva dentro de los límites planetarios. No se trata de una opción política, sino de una necesidad para la estabilidad planetaria.
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Los investigadores coinciden en que la única forma de garantizar un futuro seguro y justo para las generaciones presentes y futuras es mediante la transformación global justa de todos los sistemas terrestres, la reducción y reasignación del uso de los recursos y la eliminación inmediata de los combustibles fósiles.
El estudio no solo se dirige a los científicos y académicos, sino también a las empresas, ciudades y gobiernos. Su objetivo es que estos actores puedan establecer metas basadas en la ciencia para enfrentar problemas urgentes como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la escasez de agua, el uso excesivo de fertilizantes y la contaminación atmosférica.