Alberto Salcedo Ramos, reconocido periodista y cronista colombiano, visitó Guatemala para formar parte de una serie de conferencias gracias a Cementos Progreso.
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Durante dos días impartió el taller de crónica periodística “¿Cómo hacer visible lo invisible?”, en el que participaron periodistas nacionales.
"La crónica en América Latina entraña el peligro de caer en lo exótico, en el que está jodido o en el que está loco. Faltan crónicas que propognan una lectura de otros ámbitos de la vida, como el poder. Nos hemos acostumbrado que sobre el poder escribre el director del periódico en el editorial y sobre el pobre escribe el cronista", comentó Salcedo.
Cortesía
Otras actividades
Su agenda también incluyó una actividad interna con los colaboradores de Cementos Progreso, a quienes enseñó consejos para aprender a contar historias a nivel corporativo.
"Yo trato de ser un cronista natural. Si hay un valor que pondero es la naturalidad. No me gustan los autores rebuscados que escriben para acreditar inteligencia. No hay que intoxicar las historias dándoles más de los que nos piden. No eligo las palabras con el intelecto, sino con el oído. Cuando las palabras me suenan bien, supongo que están bien", explicó el colombiano.
Su visita en Guatemala culminó con una conferencia abierta a todo público en Sophos con el objetivo de darle un espacio a estudiantes guatemaltecos para tener un encuentro con el escritor.
"Lo que me gusta de la crónica es que me permite construir un discurso en el que cabe la duda. Una crónica es un texto periodístico que combina interpretación con narración. Es atreverse a interpetar, contar una historia con las herramientas subjetivas de alguien que sabe que ser subjetivo no es un delito, es un delito ser deshonesto que es diferente", comentó el escritor.
Paula Peinado
Su historia
Salcedo Ramos nació en Barranquilla en 1963. Ha sido columnista de El Mundo (España) y ganador de varios premios y reconocimientos como: Premio Ortega y Gasset de Periodismo, Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, Premio a la Excelencia de la Sociedad Interamericana de Prensa, entre otros.
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Entre sus crónicas y composiciones destacan “La eterna parranda”, “Los golpes de la esperanza”, “Viaje al macondo real” y más.
"No le tengo miedo a ser ignorante, le tengo miedo a no luchar contra eso. El periodismo ha desperdiciado mucho tiempo afirmando. El periodismo debe aprender a dudar y a convertir la duda en parte de su discurso", agregó.
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