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El Trapiche, museo en Baja Verapaz que evoca a la nostalgia

Fundado a iniciativa de los frailes dominicos, y ubicado en el municipio de San Jerónimo, Baja Verapaz, el Trapiche fue propulsor de la economía nacional debido a que era el primer y único exportador de azúcar morena hacia varios países vecinos.

El que hace más de 300 años fue fundado como el primer ingenio azucarero de Centroamérica, ahora funciona como un museo que evoca, inevitablemente, a la imaginación de cómo la industria en aquellos tiempos tenía su máximo fulgor.

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Fundado a iniciativa de los frailes dominicos, y ubicado en el municipio de San Jerónimo, Baja Verapaz, el Trapiche fue propulsor de la economía nacional debido a que era el primer y único exportador de azúcar morena hacia varios países vecinos.

Foto: Esvin Lopez

Su infraestructura se conserva aún casi intacta, aunque el tiempo ha hecho mella en él, pues las monumentales estructuras de hierro forjado de origen inglés y armadas a mano por esclavos, hombres de color, en el siglo XVII, ahora muestran algunos despojos de óxido y el olvido del tiempo.

Foto: Esvin Lopez

El máximo atractivo es la rueda Pelton, traída desde Liverpool, Inglaterra, que cuenta con 7 metros de diámetro y que, según comenta la directora del museo, Virginia Franco, aún funciona con tecnología hidráulica.

Franco indicó que se autoriza realizar eventos sociales en el salón donde está ubicada esta majestuosa maquinaria.

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El Trapiche y su museo están abiertos al público. Es visitado principalmente por estudiantes.

Tómalo en cuenta

  1. Museo Regional del Trapiche
  2. Dirección: San Jerónimo, Baja Verapaz
  3. Horario: Lunes a viernes de 8:00 a 16:00 horas. Sábados y domingos de 10:00 a 16:00 horas
  4. Admisión: Gratuita.

Acerca de San Jerónimo

Fray Luis de Cáncer, O.P. ordenó la construcción de la iglesia en 1537, y en octubre de ese año, llevó la noticia a la capital del Reino de Guatemala.

El convento fue fundado entre los años 1540 y 1550, en el siglo XVI, y la primera plantación de azúcar en América Central, fue realizada en San Jerónimo en 1601 por Rafael Luján.

En 1769, la hacienda ya producía 3,125 arrobas de azúcar, mientras que en los primeros años del siglo XIX, entre 2,800 y 4,400 arrobas.

Foto: Esvin Lopez

Tierras prósperas

En 1769, la hacienda albergaba más de 5 mil cabezas de ganado, en una extensión de 168 caballerías. También contaba con un excelente sumistro de agua y el convento de los frailes tenía una iglesia cotigua y un extenso sistema de túneles y acueductos de irrigación.

El clima y la ubicación eran ideales para la plantación de viñedos; la gramilla seca y delgada y la arcilla rajada, característicos del valle de Salamá.

Foto: Esvin Lopez

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