La lectura abre un mundo de conocimientos y posibilidades sin importar la edad. Sin embargo, es importante desarrollar este hábito desde la niñez para que se convierta en una práctica para toda la vida.
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Aunque algunos padres dejan la introducción de la lectura en manos del colegio, son los propios papás quienes deben involucrarse en esta rutina a temprana edad.
Leer proporciona muchos beneficios y herramientas para que los niños puedan tener una experiencia agradable, despertar su curiosidad y estimular su imaginación.
Publinews habló con la uruguaya, Cecilia Curbelo, quien escribió 13 libros y tiene una basta experiencia en el tema de la lectura infantil y juvenil.
- ¿Cuál es la importancia de que los niños lean?
Es el vehículo más directo para lograr desarrollar la empatía. Considero que esto es uno de los rasgos más importantes que debe tener el ser humano. La capacidad de ponerte en el lugar del otro y entenderlo.
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- ¿Cuándo es bueno que los papás dejen de leerles libros a los hijos, para que empiecen por ellos mismos?
Es un proceso que se tiene que dar naturalmente y depende de cada niño. En mi caso, con mi hija costó que leyera aunque en casa somos lectores con mi esposo. Creo que tiene que haber señales en la casa de que la lectura está allí y que puede ser buena compañía.
- ¿Cuál es el reto más grande fomentar la lectura en una etapa cultural donde ya no se acostumbra a hacerlo?
Una cosa son clics, imágenes, sonidos, y todo pasa muy rápido. Pueden describir un personaje, pero se pierde la magia de la imaginación. El reto es que ellos entiendan que la pantalla es una cosa, pero leer es otra. Además, es importante que los papás conozcan el tema de los límites. Cuando estamos ocupados se nos hace más fácil dejar que los niños vean la televisión todo lo que quieran. Pero hay que poner reglas con la tecnología actual para que empiecen a relacionarse con la lectura.
- Cuéntanos alguna experiencia que te haya marcado en toda tu carrera
Escribí el libro “La confesión de Micaela”, el cual trata de la anorexia y la bulimia. Una chica que, con tal de pertenecer a un grupo, entra en el mundo de los desórdenes alimenticios.
Al tiempo de sacarlo a la venta, se comunicó una mamá contándome que su hija estuvo internada por anorexia. Leyeron este libro juntas y comenzaron a cocinar para superar la enfermedad. Y a cada presentación que yo hacía en Uruguay, ellas aparecían con galletas que ellas mismas cocinaron en símbolo de agradecimiento.
- ¿Cómo surgió la idea de escribir el libro “Aunque él no esté?
Yo pensaba seguir con la serie anterior, con protagonistas mujeres. Pero tuve un evento familiar que nos marcó mucho. A mi esposo le encontraron cáncer de colon y, después de la operación y la recuperación, tuve un sueño muy vívido. Se me aparecieron a dos hermanos, Bruno y Guillermo. Y me contaron que su papá falleció y su mamá tenía otra pareja. Era confuso, pero me desperté con la sensación de saber qué estaba pasando en la vida de ellos.
- ¿De qué trata del libro?
Bruno tenía 10 años cuando su papá falleció, y Guillermo tenía 12. Aparte de la tristeza, la mayor tensión fue que su mamá, Mónica, encontró una nueva pareja. A partir de allí, cada uno empieza a tomar decisiones para sacar el dolor.
Bruno utiliza la música, toca el ukelele al igual que su papá. A Guillermo le empieza a ir mal en la escuela hasta que termina consumiendo marihuana y otras drogas.
- Este es el primer libro de una saga llamada “Aunque”
Iban a ser tres libros, pero van a quedar en dos. Al terminar la segunda parte de la historia, “Aunque ella esté”, me di cuenta que estaba completa. Y no por haber dicho que serían tres libros iba a inventar algo más.
- Te enfocas en la escritura de libros juveniles, ¿por qué?
Para mi fue una etapa de la vida muy bisagra, donde no es niño ni adulto. Los adolescentes tratan de buscar quiénes son y pertenecer a un grupo o a un espacio. No llegué a despegarme del todo de mi etapa juvenil y los temas que ahora se viven son los mismo que yo viví.
Foto: Publinews