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Células madre se suman a la lucha para corregir el labio leporino

Los doctores argentinos Guillermo Trigo y Gustavo Moviglia, de la Universidad Maimónides, de Buenos Aires, han sido los primeros en investigar con éxito la posibilidad de recuperar los tejidos ausentes a través de células madre.

Esta malformación no supone solo un problema estético sino que afecta también a las funciones faciales, al derivar en problemas para hablar, para deglutir y para respirar, entre otros.

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Los tratamientos tradicionales para corregir el labio leporino constan de varios procedimientos quirúrgicos complejos que completan los tejidos que faltan con injertos de hueso sacados de otras partes del cuerpo, generalmente de la cabeza o la cadera.

Trigo y Moviglia no solo han logrado reducir el número de operaciones, sino que, además, la utilización de las células madre del cordón umbilical permite una cicatrización y una recuperación natural del hueso con resultados mucho mejores a los de los habituales injertos.

“En 2007 hicimos el primer caso”, apuntó Trigo, quien explicó que aquel primer paciente era el hijo de un cirujano cuyo padre “tenía tanta confianza en el método” que les pidió que le operaran y le colocaran las células madre.

Los resultados no solo fueron buenos sino que dejaron sorprendidos a los propios médicos, quienes decidieron proseguir esta línea de investigación.

En los últimos años, se han aplicado las células madre a nueve pacientes, todos ellos en Argentina, pero Trigo y Moviglia buscan ahora difundir el procedimiento internacionalmente a través de convenios con otros centros de investigación, como la fundación estadounidense Smile, especializada en malformaciones faciales congénitas.

No todos los casos de labio leporino son susceptibles de ser tratados con este método, ya que de momento los investigadores solo la aplican a recién nacidos, siempre que se hayan conservado las células del cordón umbilical y no se hayan sometido a procedimientos quirúrgicos previos.

Dentro de los seis primeros meses de vida se termina prácticamente con toda la cirugía primaria. A esa técnica le agregamos la ingeniería de tejidos”, detalló Trigo.

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Con las células madre es el propio paciente el que va generando el hueso de forma “natural y espontánea” desde bebé, con lo que no queda recuerdo del proceso ni huella psicológica por haber nacido con esta malformación, según precisó el especialista.

Moviglia señaló también que este es un avance “fabuloso” y que los primeros sorprendidos de los resultados fueron ellos mismos.

El especialista insiste en que hay que crear conciencia social de los beneficios de preservar las células madre del cordón umbilical de todos los recién nacidos, tanto para el tratar lesiones congénitas como para curar futuras enfermedades, ya que se ha demostrado que pueden conservar su viabilidad al menos durante 20 años.

Fuente. EFE

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