La flota de Sea Shepherd , compuesta por los barcos Steve Irwin, Bob Barker y Sam Simon, realiza su campaña anual contra los balleneros japoneses en la Antártida, que desde 1987 caza estos mamíferos alegando fines científicos.
La flota japonesa está formada por cinco barcos que se encuentran en el interior de la zona protegida, la organización indicó que se dirige a la zona para expulsar a los balleneros, según la cadena australiana, ABC.
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Sea Shepherd también divulgó imágenes de tres ballenas Minke sobre la cubierta del barco factoría nipón Nisshin Maru, además de un cuarto cetáceo, aparentemente de la misma especie, descuartizados y rodeado de sangres.
“Es una escena horripilante, sangrienta y medieval que no tiene lugar en este mundo moderno”, dijo hoy el presidente de Sea Shepherd Australia, Bob Brown, que acusó al Gobierno australiano de incumplir su promesa de vigilar la zona.
La gobernante coalición conservadora de Australia prometió enviar a la Antártida un barco para prevenir la matanza ilegal de ballenas, pero el mes pasado indicó que mandaría un avión.
El grupo ecologista considera que Japón contraviene la moratoria internacional impuesta en 1986 a la caza comercial de ballenas, aunque el Gobierno de Tokio asegura que sus capturas tienen fines científicos.
Para el capitán del Bob Barker, Peter Hammarstedt, Japón muestra un “desprecio flagrante por las leyes internacionales al seguir capturando cetáceos de forma ilegal mientras el mundo espera pacientemente la decisión de la Corte Internacional de Justicia”, que comenzó a deliberar el caso en julio pasado.
Australia denunció a Japón ante esa instancia judicial por la supuesta violación de la Convención Internacional para la Reglamentación de la Caza de Ballena, firmada en 1946 para promover la conservación de la especie y desarrollar la industria ballenera de manera sostenible.
EFE