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"Somos tres generaciones de mujeres", Lucy Bonilla, Michelle Cruz y Alejandra Álvarez

Dicen que aman lo que hacen, sus voces son inconfundibles y cada día acompañan a millones de guatemaltecos con su trabajo en las radios del Grupo Emisoras Unidas. Conversamos con Lucy, Michelle y Alejandra, profesionales de radio que viven con una fuerza interminable el apasionado mundo de conectarse todos los días con su audiencia a través de sus programas. Este es el lado más humano y personal de tres mujeres que están haciendo historia en los oídos de nuestro país

Lucy Bonilla

“Todo lo que hago, lo hago con el alma” 

La poesía llevó a Lucy Bonilla, de 56 años, a su primer acercamiento con la radio. Tenía 15 años y desde ese día la tarea de comunicar ha sido su pasión. Hoy acompaña a los guatemaltecos en Fabuestereo 88.1 FM con su programa “Buenos días con Lucy Bonilla”. La gente la conoce, la quiere y más aún por ser la madre de la cantante nacional más exitosa del momento a nivel mundial: Gaby Moreno.

 

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¿Qué te llevó a ser una mujer de radio?

Llegué a la radio porque esa era mi misión en la vida. Sabía que tenía que ser comunicadora. A los 3 años aprendí a leer y a los 5 escribía muy bien. La parte lingüística se me dio desde pequeña. Aprendí poemas. Mi familia era del mundo literario, algo nada que ver.

Cuando tenía 15 años fui a visitar a mi hermana que trabajaba en una radio, ella era la asistente del gerente y él me dijo: “Tú eres la hermanita que declama” y me hicieron grabar un poema frente al micrófono. Ahí me ofrecieron un programa de poemas y boleros. Eran los años setenta.

 

¿Empezaste a trabajar siendo tan joven?

Sí, trabajaba en la radio, iba a grabar programas y luego al colegio. Después de eso me invitaron a leer noticias en la televisión. Lo divertido fue que cuando me iban a dar mi primer cheque les dije que lo hicieran a nombre de mi mamá. Hasta ahí, se dieron cuenta de que era menor de edad.

 

¿No te miraban como un bicho raro en esa época: mujer, joven, trabajadora?

Era una época de transición, con locutores engolados y no soy así. Soy espontánea. Me trataban muy bien.

 

¿Nunca te cansaste de hacer radio?

No, porque además de ser una voz editorial, también hice comerciales, producciones de TV, entre otras cosas.

Por ejemplo, interpreté la voz del reconocido pollito de Mahler.

 

pv_panel (1)¿Pero estuviste un tiempo alejada de la radio por la TV?

A los 25 años me fui a El Salvador a hacer televisión allá e inicié una empresa de eventos corporativos de alto nivel. De cierta manera dejé la radio, pero seguía usando mi voz. En el año 2000, regresé y se me ocurrió hacer un programa como “Quién quiere ser millonario” y fui a “Emisoras Unidas” y les encantó la idea y fue un éxito total. Durante un año y medio tuve el programa “El que sabe gana”, que también fue muy exitoso. Luego hice otro programa en EU con Abdón Rodríguez, pero después de su fallecimiento, se cerró el programa. Hace cinco años me llamaron y dijeron: “Te damos cinco horas en Fabuestereo”, y las tomé. Hoy es un programa muy exitoso. Hemos renovado la audiencia de la radio, unimos a los niños, los jóvenes y los no tan jóvenes.

 

¿Como llevas tu vida de profesional y mujer en los medios? ¿Qué tienes que otros no tienen?

Con el tiempo te vas dando cuenta de que en un comunicador lo que debe hablar es el alma, la honestidad y el agradecimiento.

 

¿Nunca te has sentido discriminada por ser mujer en el medio?

Jamás he tenido ese problema. Tengo un carácter firme y una fuerza interna grande. Me he dado cuenta de que las mujeres que somos empoderadas llamamos la atención, eso también lo vives como familia.

 

¿Cómo te formaron?

Mi papá murió cuando tenía ocho meses. Él fue el reformador de la letra del himno nacional. No tuve padre, mi mamá es una mujer con mucha fuerza. Tenía 31 años cuando quedó viuda con siete hijos. Uno lo ve y aprende.

 

¿Como le hacías con tus hijos cuando trabajabas? 

Tengo tres hijas. Ellas me acompañaban siempre. De hecho, a las tres luego las invitaban a hacer anuncios. Nunca me compliqué, las llevaba conmigo.

Soy una mujer entera. Nunca requerí de alguien para ser feliz. Me casé y tuve mis años de matrimonio, pero siempre hice lo que yo quería.

 

¿Te tocó tener tres mujeres y cómo es hoy la relación?

Se criaron en una especie de matriarcado, pero son independientes, siempre he sabido que no me pertenecen y las he apoyado en todo. No tengo temor cuando mi hija que está en la universidad no ha llegado por la noche. Confío en que Dios la cuida.

 

pv_panel (2)¿Y cómo es la relación con Gaby, tu hija, cantante, hoy exitosa a nivel mundial? 

Ella se fue a EE. UU. muy joven cuando firmó con Warner. Le dije a los 17 años: “Te vas, pero con las bolsas llenas de lo que te enseñé”.

 

¿Y cómo apoyas a Gaby? 

Soy muy agradecida. Dios le dio el talento y la tiene donde la tiene. No me he metido en su carrera nunca. Ella está haciendo lo que le gusta. Nos vemos cuando podemos.

 

En otro tema hablabas de las etapas. ¿Le temes a la muerte?

En absoluto.

 

¿Y cómo proyectas tu futuro en la radio? 

La radio es vocación y comunicación. Me levanto a las cinco de la mañana porque sé que tengo algo que decirle a quien sintonizó el programa. Cada vez somos más las mujeres que somos las líderes de los programas.

 

¿Ves cambio en las mujeres durante los últimos años?

Sí, hoy son independientes, comparado con otras épocas. Cada mujer tiene un talento y debe compartirlo. Antes las mujeres hacían lo que les decían en su familia, hoy no.

Las mujeres de ahora no solo pensamos en los hijos o el matrimonio, sino también en enriquecernos, estar activas en el trabajo (se acercan a saludarla, una pareja de conocidos y le preguntan por Gaby Moreno).

 

¿Qué placeres se da Lucy?

Soy antisocial. Soy comunicadora, pero de muy pocos amigos. Me mantengo leyendo, no salgo a fiestas, ni actividades sociales. No me gusta ir de compras. Me fascinan mis tres nietos. Ellos y mis hijas son lo más importante. Ese es mi mayor placer.

 

 

 

Michelle Cruz

“Aprendí a valorar más mi vida”

Sus compañeros de colegio le decían que “se había tragado un hombre”. Así recuerda Michelle, hoy con 21 años y presentadora de radio Atmósfera 96.5 FM, las burlas por su tono de voz en la época como colegiala: ronco y único. “Hoy para mí es mi mejor plus en la radio. Todos reconocen mi voz”, confiesa.

 

¿Por qué escogiste trabajar en la radio?

Fue algo que se dio en mi vida. Cuando tenía 19 años ingresé en el Grupo Emisoras Unidas, porque Goyo de León, amigo mío, me insistía en que probara. Antes de eso había trabajado en televisión, en dos canales diferentes. Siempre me gustó más la TV, pero fui a hacer unas pruebas en cabina y luego de eso pasaron seis meses hasta que me llamaron. El primer día me dejaron cuatro horas al aire y después me dijeron: “Estás contratada”. Hoy amo más estar en la radio que en cualquier otro medio.

 

¿Qué tiene la radio que la TV no?

La interacción con la gente es rápida y sientes a tu público. Puedes ser tú misma. La televisión es como ser una actriz.

 

¿Cómo vives, con 21 años, mujer, joven, vivir entre la radio, la universidad y tu vida personal?

No es fácil. Me despierto a las 5:30 de la mañana y voy a CrossFit, después me arreglo, llego a la radio y estoy en el programa de 10 a 12. Luego almuerzo y regreso a la cabina a las 2 de la tarde, hasta las 4. Luego me voy a la Landívar, donde estudio comunicación, de cinco de la tarde a nueve de la noche.

 

¿Hay tiempo para divertirse o para la pareja? 

El fin de semana descanso, pero soy hiperkinética porque el sábado hago danza, jazz, juego futbol, y en la noche aprovecho parrandear. Me encanta salir, pero la gente suele creer que por eso uno es desordenada. Disfruto parrandear, pero no bebo mucho, ni siquiera fumo. Bueno, y ahora estoy sola, me siento bien así. No soy de esas personas que necesita estar en pareja.

 

Pero debes tener muchos seguidores, admiradores por la radio. ¿Alguna anécdota con ellos?

Hay de todo. La gente me dice usted, la de la voz especial, usted me encanta, etc., pero también hay personas que llaman y me dicen palabras más subidas de tono.

 

pv_panel (3)¿Y cómo manejas esos hombres que no saben?

Trato de darle vuelta a la situación. En la radio, casi todo es en vivo. Cuando me tiran un piropo, digo gracias.

Una vez pasó que un radioescucha llamó al programa de “Los tres ratones” para decir que había sido mi novio y que yo era una interesada en el dinero. Yo llamé en vivo y le empecé a preguntar cosas mías y no supo responder. Cortó el teléfono. La gente a veces es prejuiciosa porque cree que vienes de una familia normal guatemalteca o porque vas seria por la calle.

 

O sea, ¿es el doble filo de la fama? Todos siempre te están juzgando.

Me preocupo mucho de mis oyentes, pero no de qué vayan a pensar de mí. Soy muy espontánea, risueña y sincera. No me creo el cuento de la fama.

 

¿Cómo manejas tu ego? ¿Hay mucha rivalidad en este medio?

La gente cree que soy creída, pero no. Soy como soy.

 

¿Cuéntame cómo cambió tu vida el accidente que tuviste a los 19 años?

Fue un fin de semana, nos fuimos al puerto con un grupo de amigas, solo chicas. En ese tiempo trabajaba en TV. El domingo antes de regresar se nos ocurrió usar la moto de agua y una amiga la conducía y nosotras íbamos en una dona. En un giro mal calculado, la dona se abrió y chocamos contra un muro de piedra. Fue horrible: mi brazo se abrió (muestra su extensa cicatriz), una amiga se partió el rostro y el estómago. Estuve dos semanas en la clínica y dos meses en mi casa, en reposo. Siempre me han gustado las emociones fuertes, pero esto me marcó la vida.

 

¿Alguna lección?

Después de eso aprendí a valorar más mi vida. Una acción puede cambiar el destino de uno y yo lo viví. En un segundo puede cambiar tu vida, perderla.

A veces pienso que hay mujeres que cortan con sus novios y se quieren morir. Y mira, hay cosas mucho más relevantes.

 

¿Cuál ha sido el rol de tu mamá en tu forma de ser como mujer?

Tengo una mamá genial, luchadora, líder. Es mi mayor ejemplo. Todos me hablan de mi mamá. Soy quien soy gracias a mi familia. Ellos me han enseñado a disfrutar de la vida. Mi papá me enseñó a darme a respetar como mujer y valorarme. Y mi nana, que es como mi segunda mamá.

 

pv_panel (7)Siempre estás riendo. ¿No te critican por eso?

Algunas veces, pero hay una frase que lo explica: “Que tenga una sonrisa siempre, no significa la ausencia de problemas, sino mi habilidad de ser feliz por encima de ellos”.

 

Con tu experiencia en radio, ¿qué ves que les preocupa a las mujeres de tu edad en el país?

Creo que hay dos tipos de chicas: las que se preocupan solo por ser aceptadas aunque eso implique fumar o involucrarse en drogas. Hay una presión de grupo fuerte y si no eres una persona con carácter puedes caer.

 

¿Te han ofrecido?

Eso le ocurre a diario a todos los jóvenes, pero si algo te puedo decir es que soy una mujer decidida y clara con mis cosas. La puedo pasar bien con mi adrenalina y solita en mi onda.

 

¿Y el otro tipo de mujer que decías?

Son como yo: tenemos sueños, pensamos, trabajamos, estudiamos y queremos valernos por lo que somos. En eso la radio, para mí, es fuente de inspiración. Yo siempre estoy riéndome. Hay que disfrutar la vida, y cuando llegan los problemas hay que buscarles solución. Esto me ayuda a transmitir buena vibra a la gente que me escucha.

 

 

 

Alejandra Álvarez

“Es equilibrio: el periodismo y mi familia”

Con 17 años Alejandra debutó en los medios. Aunque sus primeros intereses eran el cine, la producción y el mundo audiovisual, el destino la llevó a la radio. Desde coberturas electorales, pasando por asaltos en vivo, tiroteos, Alejandra Álvarez ha reporteado de todo. Periodista y comunicadora de la Universidad Rafael Landívar, hoy conductora de Patrullaje Informativo en “Emisoras Unidas” 89.7 FM. en el horario de 11 a. m. a 1 p. m., Alejandra es hoy una de las voces periodísticas de mayor renombre del país. Indiscutiblemente, “amo el periodismo y lo que hago”, dice.

 

¿Cómo llegas a ser periodista radial?

En mi primer año de universidad, me invitaron a hacer prácticas en una radio, quería hacer producción, y no acepté, pero a los días me llamaron para decirme que había espacio en prensa y eran las elecciones que ganó Portillo y tocaba la segunda vuelta. Salí a reportear y me di cuenta de que me gustaba. De hecho, recuerdo que al primero que entrevisté fue a Ramiro de León Carpio.

Tanto me gustó que seguí trabajando y me pasé a estudiar por la noche. Luego me salió la oportunidad de irme a otra radio, cubrí manifestaciones, finalmente política, producción de radio, conducción de noticias. Era la época de transición en los noticieros donde los periodistas daban noticias y no solo los presentadores. De ahí me invitaron a la TV, trabajé en prensa escrita, y tiempo después me llamaron de “Emisoras Unidas” y aquí estoy.

 

¿Te tocó con 17 años cubrir una época complicada?

Fue un tiempo difícil. Era después de la Firma de la Paz.

 

¿Cómo fue incursionar tan joven, mujer, en la calle, con fuentes difíciles?

Al principio sí había mucho machismo, también “edades”, me decían: “No tienes tanta experiencia y tu trabajo no será bueno”. Ahora hay más apertura, pero debo reconocer que a veces, en algunas partes, te encuentras con cierto machismo.

 

¿Lo has vivido?

A nivel personal, no me ha afectado, pero lo he visto en la toma de decisiones.

 

pv_panel (5)Has hecho periodismo en tres formatos de medios, ¿qué tiene la radio que te gusta tanto?

Es más flexible, es inmediata, puedes reaccionar con rapidez. Eso combinado con el periodismo me encanta. Algo plano no me gusta. Al mediodía, en el noticiero todo es fresco y vivo.

 

¿Tu familia te influenció en ser de radio?

Somos producto del ambiente en que nos hemos desarrollado. Mi papá es arquitecto y pintor, y mi mamá labora en administración. Ella tiene un carácter fuerte. Tengo una mezcla de los dos. Este trabajo exige guardar cierta seriedad.

 

¿Cómo manejas ser conocida? ¿Tu ego, la envidia?

Creo que el secreto de esto es saber manejar tus emociones. En la medida de que tu trabajo te haga feliz, lo demás pasa a segundo plano. A veces hay ruido, pasa con lo que otros hablan de ti, pero es algo que está en todas partes.

 

¿Crees que las mujeres son más sensibles en el periodismo que los hombres?

Debo confesar que siempre he sido más fría en mi trabajo, pero desde que soy mamá he cambiado mucho. Cuando hablamos de temas de mujeres o niños me conmuevo. El periodista siempre tiene un temple porque ve cosas fuertes, pero ahora todo lo veo diferente. A lo mejor los hombres no.

 

Me contabas que llegaste a “Emisoras Unidas” cuando tu hija tenía cuatro meses.

Pensaba que no me iba a casar; sin embargo, tenía la idea de que si lo llegaba a hacer, no iba a ser tan joven. Pero llegó la persona indicada y luego vino mi hija.

 

Los periodistas tendemos a dedicarle mucho tiempo al trabajo. ¿Cómo le haces?

Antes, mi vida era solo el trabajo, pero he aprendido que ser mamá, trabajar y ser periodista es el equilibrio. Si amas tu profesión debes buscar la medida exacta para también estar con tu familia. Cuando era soltera me la pasaba en la radio y podía salir de mi casa corriendo si la noticia lo ameritaba.

 

¿Y te ha funcionado esa fórmula?

Sí. Hay que concentrarse en lo que haces. Trabajo por las mañanas en la radio, el resto del día, desde mi casa, y mi hija está conmigo. Paso por ella al colegio a mediodía, pero sigo conectada desde mi hogar monitoreando noticias, entre otras cosas.

 

¿Dejarías de trabajar por tu familia?

Uf… (suspira). Buscaría una fórmula. Amo hacer periodismo, pero siempre trato de buscar el equilibrio.

 

¿Y tu esposo entiende tu mundo de periodista?

Ha aprendido que lo mío es de 24 horas. Él es odontólogo y me ha ayudado a compartir con mi hija. Pero sabes, si hay terremoto o elecciones uno tiene que irse a la hora que sea. Y no soy de dejarle mi hija a cualquier persona.

 

pv_panel (6)¿Alguna cosa que te haya marcado trabajando?

Mi etapa de reportera. Todo lo que aprendí fue en la calle.Para ser periodista debes salir. Cubrí sucesos, pero una vez estaba en vivo reporteando un asalto a un banco y al rato quedé en el fuego cruzado. Ahí te preguntas, ¿sigo transmitiendo o me cubro?

 

¿Y qué hiciste?

Seguí hablando y transmitiendo. En ese momento tu cabeza se olvida del riesgo. Me cubrí detrás de un montículo y oía los tiros.

 

¿Cómo manejas el riesgo de tu profesión?

Siento que uno corre más peligro cuando va en el carro que haciendo periodismo.

 

¿Te calificas como una mujer conservadora o progresista?

Hoy la sociedad ya no es tan conservadora y soy más abierta. Siempre supe que quería destacar en lo que hiciera. Respeto lo importante de la familia, pero jamás me ha gustado seguir el molde. Soy de la generación de la posguerra, de los que vemos todo diferente. Me gustan la lectura, la tecnología y, por supuesto, el periodismo.

 

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