Un jurado de la localidad estadounidense de Torrance, en California, otorgó una indemnización de 58 millones de dólares al inmigrante guatemalteco indocumentado Antonio López, que fue golpeado y seriamente herido por el guardia de seguridad de un bar de Los Ángeles.
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López, de 43 años, sufrió daños cerebrales permanentes, no puede hablar, apenas camina y parte de su cerebro y su cráneo tuvieron que ser removidos por la cantidad de coágulos formados.
La información aparece reseñada en las páginas del periódico que recoge declaraciones del abogado defensor, Fernando Chávez, quien consideró que el veredicto es justo y razonable.
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El agredido se encontraba en el bar la noche del 29 de abril de 2010 cuando fue golpeado por el guardia Emerson Quintanilla, de la compañía de seguridad DGSP Security and Patrol Services, quien nunca fue arrestado y al momento del juicio ya había abandonado el país.
Según Thomas, un hermano de la víctima, “fue muy difícil para nosotros ver a nuestro hermano casi muerto, sin saber bien a quién acudir o dónde encontrar un abogado. No siempre entendíamos el idioma y sentíamos temor por ser indocumentados”.
Prensa Latina/ CNN