Diego Kirschenbaum, director de la consultora argentina Capital Humano, elaboró cinco consejos generales que pueden ser de utilidad para las compañías que aún no se deciden a incorporar la modalidad del trabajo desde la casa.
– Empezar de a poco: algunas organizaciones ofrecen a sus empleados la posibilidad de trabajar desde sus casas una vez a la semana. Esto permite medir el impacto en el resultado del trabajo y evitar un alto riesgo para la organización. Para ello es conveniente fijar objetivos claros y que el profesional pueda lograr mayor autonomía en la toma de decisiones, una mejor organización y una gestión eficiente de su tiempo.
– El equilibrio es siempre una buena alternativa: si bien el trabajo desde casa es un incentivo para el empleado, también es conveniente que la persona esté presente en la oficina para estar en contacto con la cultura organizacional e interactuar presencialmente con sus compañeros de trabajo. Por eso, es saludable un balance entre el trabajo de oficina y el home office.
– Una tendencia en crecimiento: hace unos años podría parecer descabellado, pero en la actualidad ya no lo es y puede ser una herramienta para fortalecer el vínculo entra la persona y la empresa.
– Vida personal + vida profesional: el balance entre ambas facetas es uno de los cambios más fuertes que proponen las nuevas generaciones. El home office es un beneficio que las seduce y una buena forma de captar y retener a los mejores talentos. La negociación de más días de vacaciones suele ser otro beneficio que se ofrece con frecuencia.
– Analizar cada caso en particular: cada trabajo es diferente y no todas las personas reaccionan del mismo modo ante un mismo cambio. La práctica del home office demanda ciertas cualidades como la autogestión y el compromiso del empleado. Por eso, es recomendable evaluar previamente si la persona reúne virtudes de este tipo.
Agencias