Imagínese que terroristas irrumpen en su pueblo, asesinan a familias enteras, ejecutan a mujeres y niños, incendian casas y matan bebés. Esto es lo que les ocurrió a cientos de israelíes el sábado por la mañana hace cuatro días. Las cifras son asombrosas. Casi 1.000 muertos, miles de heridos y más de un centenar tomados como rehenes en la Franja de Gaza, algunos de ellos niños pequeños, solos, cuyos padres fueron asesinados delante de sus ojos.
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La última vez que este número de judíos fueron asesinados en un solo incidente fue en el Holocausto. Deja que eso se asimile.
Estas atrocidades fueron llevadas a cabo por el grupo terrorista Hamas, una organización bárbara y salvaje que ha declarado abiertamente su objetivo de asesinar a todos los judíos, y esta semana le han mostrado al mundo quiénes son y quiénes son sus patrocinadores, los ayatolás en Irán, cuya malvada ideología, dinero y armas, están alimentando la matanza.
Las horribles imágenes que surgen del Kibbutzim israelíes recuerdan al ISIS, del que Hamas claramente ha tomado el ejemplo. Hamás es ISIS, un mal que debe desaparecer de la faz de la tierra.
El mundo está despertando ante este horror y apoyando a Israel en su lucha contra los terroristas de Hamas, que todavía mantienen como rehenes a más de cien civiles en Gaza. Más de 80 naciones han expresado su condena de los asesinatos y su apoyo al derecho de Israel a defenderse.
Aquí en Guatemala hemos recibido cientos de mensajes de apoyo, de grupos, individuos y organizaciones de todo el país, que oran por Israel y expresan su deseo de ayudar de cualquier manera. Esta semana en la Cancillería Guatemalteca ondeó la bandera israelí en solidaridad y apoyo al Estado de Israel.
En toda la región de América Latina el apoyo es abrumador, y quizás nadie lo dijo mejor que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien tuiteó ayer el siguiente mensaje:
“Como salvadoreño con ascendencia palestina, estoy seguro de que lo mejor que le podría pasar al pueblo palestino es que Hamás desaparezca por completo. Esas bestias salvajes no representan a los palestinos.Cualquiera que apoye la causa palestina cometería un gran error al ponerse del lado de esos criminales. Sería como si los salvadoreños nos hubiéramos puesto del lado de los terroristas de la MS13, sólo porque compartimos ancestros o nacionalidad.
Lo mejor que nos pasó como nación fue deshacernos de esos violadores y asesinos y dejar que la gente buena prosperara. Los palestinos deberían hacer lo mismo: deshacerse de esos animales y dejar que la gente buena prospere. Ésa es la única manera de avanzar”.
En cuanto a Israel, ganaremos esta guerra porque, como todas las guerras de Israel, es una guerra que se libra contra nuestro país, nuestros hogares, nuestros amigos y familiares, y nuestra única opción es salir victoriosos.
Hace unos días, un comprensivo reportero de televisión me preguntó en una entrevista si a los israelíes les gustaría venir a Guatemala para refugiarse de la guerra. Le agradecí, pero le dije que no, que el caso es todo lo contrario: los israelíes aquí en la región están abordando vuelos en ruta a Israel, para unirse a las FDI y luchar en esta guerra. Los judíos no volverán a ser refugiados nunca más y nuestra nación vencerá estas fuerzas malignas para que la gente buena pueda vivir en paz en nuestra región.