El próximo 20 de agosto, Guatemala se enfrenta a una encrucijada política de gran relevancia: la segunda vuelta de las elecciones. En esta ocasión, los ciudadanos tendrán que elegir entre los binomios de los partidos Movimiento Semilla y Unión Nacional de la Esperanza (UNE) para definir al próximo presidente o presidenta y vicepresidenta o vicepresidente del país. A medida que ambos binomios han estado inmersos en una intensa campaña, recorriendo el país y haciendo uso de los medios de comunicación, llama la atención la ausencia de un debate entre los candidatos Sandra Torres y Bernardo Arévalo, dejando la candidata a los votantes con preguntas y no dar la oportunidad de contrastar posturas y puntos de vista.
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Estos dos contendientes representan propuestas y visiones políticas diferentes, al igual que sus compañeros de fórmula y el partido al que pertenecen. Uno de los mayores desafíos que enfrentará el binomio que resulte electo será lograr el apoyo del Organismo Legislativo para implementar sus proyectos, ya que ninguno de los dos partidos cuenta con una mayoría en el Congreso -el Partido UNE con 28 curules y el Partido Movimiento Semilla con 23 – de 160.
La primera vuelta electoral estuvo llena de retos. Tomó más de dos semanas oficializar los resultados y el proceso penal contra Semilla impactó en la percepción de la ciudadanía. Aunque es esencial que se aplique la ley si se muestran irregularidades en la formación del partido, muchos consideran que la situación ha sido inoportuna en medio de un proceso electoral.
La incertidumbre sobre el resultado de esta segunda vuelta es evidente. Con una participación del 60% en la primera vuelta, el voto nulo fue el ganador con 17% y ambos candidatos que compiten obtuvieron menos de una tercera parte de los votos (Sandra Torres 16% y Bernardo Arévalo 12%). A pesar del desánimo, desencanto y apatía, es vital que los guatemaltecos tomen una decisión e ir a votar. El país enfrenta desafíos cruciales como la consolidación de la democracia, el desarrollo social, el crecimiento económico, el fortalecimiento de la seguridad y la modernización de la gestión pública.
La encuesta de la Fundación Libertad y Desarrollo y Cid Gallup, realizada la última quincena de julio y publicada a principios de agosto revela la opinión de los guatemaltecos sobre su país y el proceso electoral. Sorprende que la mayoría (76%) considere que Guatemala está en el camino equivocado, siendo el problema económico el más importante: La falta de empleo (29%) sumado el alto costo de vida (15%). También emergen como problemas relevantes la corrupción (18%) y la inseguridad (12%). Además, la encuesta muestra que la gente está descontenta por la desnutrición y con la calidad de los servicios públicos de la salud, la educación y la infraestructura.
Preocupa en gran medida que solo un 13% de los encuestados perciba al gobierno como honrado, cifra que disminuye a un escaso 7% entre aquellos con mayor nivel educativo. La alarma suena también en relación con la democracia guatemalteca, ya que un 73% opina que se encuentra amenazada. Las fuentes de información de los ciudadanos son diversas, destacándose la televisión, las redes sociales y la radio como las principales. Las preferencias varían según la edad, siendo las redes sociales más atractivas para los jóvenes, mientras que la televisión y la radio dominan entre los mayores. Curiosamente, un 30% se identifica como de derecha, un 4% como de izquierda (aunque este número llega al 10% entre los más educados), y un 15% se ubica en el espectro entre centro-derecha y centro-izquierda, mientras que el resto se declara indeciso o ajeno a una ideología.
Más del 70% de la población está familiarizada con ambos candidatos, sin embargo, Bernardo Arévalo destaca con el doble de opiniones favorables, respaldado por atributos positivos como ser preparado, trabajador y honesto. En contraste, Sandra Torres es principalmente reconocida por ser una persona preparada, trabajadora y prepotente. En términos de su capacidad para abordar los desafíos nacionales, un 40% de la población confía en que Arévalo posee la capacidad para enfrentarlos, en comparación con un 24% respecto a Torres; mientras tanto, dos de cada diez encuestados considera que ninguno de los candidatos es capaz de hacerlo.
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Ante estos datos, esta etapa final de la campaña cobra una importancia singular, ya que brinda a los candidatos la oportunidad de presentar enfoques claros respecto a cómo abordarán los problemas, quiénes serán sus colaboradores y qué recursos utilizarán. Es esencial que se pronuncien sobre las alianzas estratégicas que piensan realizar, dado que gobernar en solitario se avizora como poco viable. Estos elementos son determinantes para la población que aún no se decide ya que la encuesta señala que 22% no prefiere a ninguno y 7% votará nulo.
En los próximos días, se darán a conocer dos encuestas adicionales. Vale recordar que las encuestas políticas son herramientas para comprender las opiniones y actitudes de la población, además desempeñan un papel esencial para descifrar el panorama político y social. Y aunque son útiles, también poseen limitaciones.
La cita con Guatemala está marcada para este domingo 20 de agosto. En familia o con amigos, acudamos a las urnas y celebremos -especialmente el hecho de que aún podemos elegir a nuestros gobernantes en libertad. Cada voto cuenta y participar en las elecciones es una manera activa de influir en las políticas y líderes que forjarán nuestro futuro. No subestimemos nuestro impacto y asumamos un rol activo en el proceso democrático. ¿Cómo percibe a los dos candidatos? ¿Por quién decidirá votar? ¿Visualiza un futuro mejor para el país después del 20 de agosto?