Guatemala enfrenta muchos retos de desarrollo, democracia, gobernabilidad, modernidad y prosperidad. En los próximos días estaremos eligiendo a las nuevas autoridades que tendrán a cargo dirigir el país. Es complejo, con tantos candidatos, analizar a cada uno, estudiar su recorrido, informarse de las personas que los rodean y conocer su plan de trabajo.
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Por excelencia, los debates presidenciales entre los candidatos cumplen un papel esencial al fomentar la discusión de ideas y políticas, facilitar la participación ciudadana y ayudar a los votantes a tomar decisiones informadas durante los procesos electorales.
Lamentamos que el debate programado para hoy, lunes 12 de junio por la Asociación de Gerentes (AGG) como parte de su “Programa de Contribución Cívica” -que inició hace 45 años-, no se haya podido concretar. La institución informó que, debido a la ambigüedad y falta de certeza de la participación mostrada por algunos de los candidatos, provocaron que no existieran las condiciones para que este ejercicio fuera considerado democrático y cumpliera con los objetivos de exposición e intercambio de ideas y puntos de vista con el fin de construir una mejor Guatemala en beneficio de los ciudadanos.
Con el liderazgo de la AGG, durante varios meses distintas organizaciones estuvieron preparándose con información cualitativa y cuantitativa para lograr un debate de altura. Inicialmente, se hizo un diagnóstico por región para que luego un equipo de académicos y miembros de organizaciones de varias comunidades participaran en foros en cinco regiones para discutir propuestas concretas a los desafíos presentados, según las necesidades por departamento.
Escuchemos Guatemala fue la organización encargada de recopilar los retos por región. Luego, el CIEN elaboró un catálogo de “Guatemala en cifras” que de forma resumida presentaba la situación actual de la salud y la nutrición, la educación, la seguridad ciudadana, el empleo y la infraestructura por región, con base en su propuesta Ruta para la Dignidad Humana. Adicionalmente, se profundizó en el desafío más grande de la región y se llevó a cabo un foro para hacer propuestas y discutir cómo mejorar la situación actual. La Universidad Rafael Landívar colaboró con sus sedes y la participación de personal académico experto, la Fundación Libertad y Desarrollo moderó los foros, la Fundación Friedrich Naumann colaboró con las refacciones y se tuvo la participación de expertos en las distintas regiones. Se celebraron foros en Guatemala, Zacapa, Quetzaltenango, Alta Verapaz y Sacatepéquez, los cuales fueron reproducidos por los medios de comunicación y también se compartieron en redes sociales.
Varios esperaban este debate para tomar su decisión respecto a cuál binomio presidencial darle su voto. El próximo presidente o presidenta de Guatemala debe poseer cualidades y habilidades que le permitan, con su equipo de trabajo, abordar los retos y oportunidades específicos que enfrenta el país. Deben tener una visión clara para el desarrollo del país y poder inspirar a otros a trabajar hacia esa visión. Contar con una perspectiva a largo plazo y ser capaz de definir una hoja de ruta para reformar la gestión pública, combatir la desnutrición crónica, modernizar la salud pública, revolucionar la educación; fomentar un entorno que promueva la innovación, el espíritu empresarial y la investigación y el desarrollo; construir infraestructura, generar más y mejores empleos, fortalecer la seguridad ciudadana, lograr certeza jurídica y buscar la armonía social.
Necesitamos modernizar el país buscando la digitalización, la meritocracia, la inclusión y la interculturalidad. Urge la transparencia y la rendición de cuentas. Promover la gobernabilidad, combatir la corrupción en todos los niveles y fortalecer las instituciones para garantizar que los recursos públicos se utilicen de manera eficiente y en beneficio de todos los ciudadanos. La generación de oportunidades es imperante, ya que la migración a los Estados Unidos se ha convertido en el sueño de muchos jóvenes que no ven futuro en su comunidad. El país cuenta con una rica biodiversidad y recursos naturales. Requerimos políticas públicas para la sostenibilidad ambiental y promover la gestión responsable de los recursos naturales. Se debe trabajar para preservar los ecosistemas, combatir la deforestación y abordar los impactos del cambio climático.
Pocos han querido mencionar quiénes integrarán su gabinete, pero definitivamente se busca que los próximos ministros sean personas con valores éticos, íntegros y capaces. Deben guiarse por los principios de honestidad, equidad y respeto por los derechos humanos. Sus acciones deben alinearse con los mejores intereses del país y su gente. Importante trabajar de manera efectiva con instituciones como el Congreso, la Contraloría, el Organismo Judicial, las alcaldías, las organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunicación, los empresarios, la comunidad internacional, entre otros. Urge construir alianzas, fomentar el diálogo y forjar consensos para abordar y resolver los desafíos tan complejos que tenemos los guatemaltecos.
En los últimos años, en el país se ha creado una polarización tóxica y múltiples divisiones. Lamentablemente, muchos les creen más a las redes sociales que a la realidad, cerrando su mente a tal extremo que se consideran dueños de la verdad. Hemos perdido la capacidad de conversar. Debemos aprender a debatir y escuchar otros puntos de vista -sin ofender-. El próximo gobierno debe trabajar para sanar estas divisiones, recuperar los valores de la República, promover la reconciliación y fomentar una cultura de paz y diálogo. ¿Qué opina de que no se haya podido llevar a cabo el debate presidencial? ¿Va a ir a votar el 25 de junio? ¿Quién tiene la mayor capacidad para convocar equipos, trazar una visión motivadora y lograr que caminemos juntos hacia una Guatemala moderna, desarrollada y libre?