Opinión

"Oferta electoral, salud y educación"

"¿Cómo logramos mejoras en los sistemas de educación y salud? ¿Cuál binomio tiene la mejor propuesta? ¿Cómo priorizar la inversión en la niñez y juventud?"

El desafío más grande que tiene Guatemala es el desarrollo de sus habitantes. Durante los últimos años, se ha invertido muy poco en áreas claves como nutrición, salud preventiva y educación de calidad. La mayoría de los recursos públicos se han ido al pago de salarios, subsidios y pocas obras estratégicas. Se tiene una sensación de reparto de dinero entre los diferentes funcionarios e instancias de gobierno de corte populista de beneficio político y de muy corto plazo para la gente.

A pesar de la pandemia, el sistema de salud sigue grave y no está al servicio de los ciudadanos, especialmente los más pobres. Actualmente, tenemos a la mitad de los niños menores de cinco años con desnutrición crónica. Obvio que cuando lleguen a la escuela tendrán grandes problemas para aprender, ya que su cerebro no terminó de desarrollarse. Ya desde pequeños tienen desventajas para ser exitosos en el mundo laboral y en la vida.

Ahora bien, ¿qué pasa en la escuela? En la última década ha habido poca innovación, mientras que la tecnología avanza exponencialmente y el conocimiento se duplica trimestralmente. El crecimiento exponencial es difícil de comprender, pero para las autoridades es crucial que en sus políticas educativas lo tomen en cuenta. Es tan cambiante que ahora las generaciones se definen por el uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC).

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La educación se estancó y, con la pandemia, no se dio una revolución educativa como en otros países, sino que se hizo más de lo mismo, por lo que va en un acelerado retroceso. Los resultados lamentablemente serán de gran impacto negativo. Según el Ministerio de Educación, la cobertura se mantuvo en preprimaria (62%) y primaria (95%) y hubo un leve decremento en básicos (48%) y diversificado (25%). Desafortunadamente, han cambiado los instrumentos y metodologías para medir la calidad, lo que dificulta hacer comparaciones y establecer las brechas y los retos.

Al escuchar a los candidatos a la presidencia en distintos medios de comunicación y redes sociales, muchos no proponen cambios de fondo en estas dos áreas: salud y educación. Se presentan grandes ideas, pero muy pocos mencionan cómo. Se espera que entre los 23 binomios que están compitiendo encontremos varios que se destaquen por una propuesta novedosa.

El CIEN presentó en enero estudios con recomendaciones para lograr ir transformando estas áreas, lograr una población sana, educada y con oportunidades. Tal vez lo más importante es revisar la gestión pública de estos dos ministerios. En la última década no prevalece el mérito para escoger a sus funcionarios. Los pactos colectivos definen aumentos salariales, privilegios y mandatos que, lejos de mejorar los servicios hacia la población, los están mermando. Adicionalmente, la ley de contrataciones no es ágil para las compras y proveer de servicios a la población de forma inmediata. De nada servirá tener a los mejores ministros si no se actúa con una visión a largo plazo, limitación de los pactos colectivos y modernización de la gestión pública.

Por lo tanto, se recomienda en general una estrategia de país para potenciar la innovación y la transformación digital, acompañado de aumentar la eficiencia y la efectividad de las adquisiciones públicas y reformar el sistema de servicio civil. Es de recordar que el Congreso debe participar en estos cambios, razón por la que los guatemaltecos debemos analizar cómo está funcionando la institucionalidad para retomar los valores de la democracia liberal y fortalecer la República.

En salud se recomienda sentar las bases para construir el acuerdo social de un nuevo sistema de salud para Guatemala que promueva y haga accesibles de manera universal (sin dejar a nadie atrás) los estilos de vida saludables, prácticas preventivas de enfermedades, maximice la detección temprana de situaciones de enfermedad, y minimice el agravamiento de los casos ya diagnosticados de enfermedad de las personas (particularmente de los más vulnerables). El abordaje integral del sistema de salud es determinante para lograr resultados significativos. El acuerdo requiere del compromiso político y la participación de las partes interesadas en el establecimiento del nuevo sistema, desarrollar un conjunto de cuidados estratégicos en función del ciclo de vida de las personas. Es urgente una estrategia para atacar la desnutrición crónica “que funcione”. Fundamental fortalecer y ampliar progresivamente la atención primaria en salud con un enfoque integral de ciclo de vida, así como las capacidades y la rectoría del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social. Adicionalmente, hay que establecer buenos incentivos para el recurso humano a cargo de los cuidados de salud.

En educación se recomienda trabajar activamente en una nueva visión innovadora, que tome en cuenta lo que está sucediendo en el mundo, que contemple un diseño dinámico y que participen todos los sectores. Será indispensable transformar los sistemas de formación, reclutamiento y selección de docentes convirtiéndolos en orientadores e implementar la carrera del director de centro educativo. Deben revisarse los programas de apoyo y lograr que incidan en la mejora de la educación. Es urgente recuperar los sistemas de evaluación, trazar metas y lograr una cultura de mejora continua. Fortalecer el acompañamiento pedagógico y vincularlo al incremento de los aprendizajes y poner en marcha una política de tecnología en las aulas es la ruta por seguir. Cada escuela y maestro con ilusión y compromiso debieran establecerse objetivos y metas para la mejora de los aprendizajes de sus alumnos para alcanzar la calidad educativa. Lograr alianzas con otras instituciones como el Intecap para el aumento de la cobertura en la secundaria es crucial.

Es de recordar que la mayoría de las carreras del siglo XXI aún no se han creado. Requerimos que los niños, las niñas y los jóvenes estén sanos, tengan acceso a educación de calidad para que logren un empleo digno y prosperen. ¿Cómo logramos mejoras en los sistemas de educación y salud? ¿Cuál binomio tiene la mejor propuesta? ¿Cómo priorizar la inversión en la niñez y juventud?

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