Opinión

"La Semana Santa en Guatemala"

"Los arboles florean y jacarandas, matilisguates y palos amarillo o palo blancos visten y adornan la ciudad de Guatemala y todo el país con sus flores bellísimas y delicadas."

Llega otra Semana Santa más o la también llamada Semana Mayor a Guatemala; según me cuentan es la tercera luna llena del año la que ubica el Domingo de Resurrección y a la fecha conmemorativa de la Semana Santa, que recuerda la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, nuestro Redentor y Salvador.

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Dicha semana es una explosión de devoción cristiana católica en todo el país. Cientos de procesiones, nazarenos, santo entierros, dolorosas y bandas de marchas fúnebres; corozo, alfombras multicolores y cofradías organizan las procesiones y alfombras devocionales más grandes del mundo.

Otros miles de miles aprovechan el asueto, para salir de paseo al interior de nuestro bellísimo y amado país y disfrutar con la familia y amigos. El turismo tiene en Semana Santa y Año Nuevo su verdadero crecimiento y miles de miles de cuartos de hotel, balnearios y turicentros de todo el país se llenan de millones de personas veraneantes.

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Es muy curioso que en Guatemala (donde las piedras flotan y los palos se hunden) le llamemos verano a la primavera, pero es notorio que marzo y abril son los meses mas calurosos del año a pesar se ser la primavera en el hemisferio norte.

Los arboles florean y jacarandas, matilisguates y palos amarillo o palo blancos visten y adornan la ciudad de Guatemala y todo el país con sus flores bellísimas y delicadas

Guatemala se viste de Cuaresma y de Semana Santa para adorar a nuestro Señor, rezar con nuestra madre María Santísima, la dolorosa y recordar que por más de 500 años esta tierra, es tierra del Señor, que nuestras raíces judeo-cristianas corren profundas por el fondo de nuestros corazones de chapines y que hemos conservado nuestra herencia católica todos estos siglos, desde 1524.

Tantas memorias alegres de la niñez con mi familia. La poza del Perol, Longarone, Río Dulce, Monterrico, la Sierra de las Minas, las visitas al Señor de Esquipulas y las Procesiones magníficas y solemnes en La Antigua y en La Nueva Guatemala de la Asunción.

En realidad, cuando uno mira y aprecia esta bella tierra nuestra donde Dios nos dio el privilegio de nacer y echar raíces, uno le agradece al Altísimo la bendición inconmensurable de ser guatemalteco, de poder vivir en este paraíso de sol iridiscente y de venerar a Dios bajo el cielo de una patria libre.

¡Feliz Semana Santa, paisanos! Dios y María Santísima me los bendiga mucho!

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