Tal vez el lema del momento debería ser muy simple: “En estas elecciones no queremos condiciones”. El orden de los productos sí altera los factores. Impugnaciones van e impugnaciones vienen, y en el hampa se detienen. Este sí y este no. Me gusta, no me gusta. Pero no en las urnas. Si quieres llegar a la papeleta, mejor alista tu caleta. Si te afilias bien al pacto, tendrás dinero de facto. Si le colaboras al narco, podrás subirte en el barco. Democracia, divino tesoro. Ya te vas para no volver. Cuando quiero luchar tuiteo, y a veces tuiteo sin luchar. Darío no equivale a desvarío. Aunque las palabras rimen. No es lo mismo oferta electoral, que electores en oferta. La cabaña del tío Tom y la campaña del punto com.
PUBLICIDAD
Habrá candidatos, candigatos o guanajuatos. Momias aparte, digo.
Partidos políticos que no son tales; políticos partidos, tales por cuales. ¿Qué fue primero? ¿El huevo o el cascarón? ¿Aspirantes “lavados” o lavadores con aspiraciones? El animal político que en realidad es un político animal.
Politización de la estulticia. Judicialización de la analítica. Y las nominadas son: “El gran dictador”. “El padrino I, II y III”. “Los infiltrados”. “Apocalipsis ahora”. “Parásitos”. “La ley del silencio”. “Gomorra”. “Por un puñado de dólares”. “Toma el dinero y corre”. “Atrapados sin salida”. Y aún hay más.
Financiamiento del estancamiento. El libramiento del desaliento. Procurador de los pertrechos más vanos, el ilustre desconocido.
Fiscalía especial contra la urbanidad, a luchar por la injusticia. Certeza jurídica convertida en certeza jurásica. Las agrestes elecciones.
Es patética la puesta en escena de la proclamación de candidatos. Vodevil del más ruin. Pastorela con un reparto mayoritariamente de lobos. Aplausos tan falsos como los liderazgos aplaudidos. Quince minutos de fama para egos enfermos y nunca resueltos. La continuidad del continuismo continuado, inminentemente untado. Dime con quién andas y te diré qué quieres. El que mal anda, millonario acaba. “Pero recuerda: Nadie es perfecto y tú lo verás. (…) Por la aventura que tú ya verás, será tu cárcel y nunca saldrás”.
La derecha caducada sin caducidad de fecha, que no entiende que le acecha su castigo por cosecha, del hartazgo que aprovecha la tensión de corta mecha. La izquierda vencida, jamás será unida.
PUBLICIDAD
La desesperanza cansa. La desjusticia desquicia. La peor nota en corrupción, la más alta en migración. Polvo blanco eres; blanco del polvo serás. Rastrillo para billetes, cabestrillo por grilletes.
Ya está lista la próxima lista. Magnífica Magnitsky. Se añaden pisos al edificio Engel. Del norte llegarán divisas y a otros les quitarán sus visas.
TikTok es la plataforma. Se ve cada cosa ahí. Toman nota en La Reforma. Rambo se sale de sí.
El top 6 de los éxitos en Spotify: “La ciudad de la furia” (en horas pico y a toda hora y casi cualquier día). “Digan lo que digan” (el lema de los corruptos y de sus financistas). “Inconsciente colectivo” (lo pagaremos caro). “La mentira” (lo que oiremos en tarima). “La chispa adecuada” (a la que más le teme el poder). “No voy en tren” (“Voy en avión”, dirían los magistrados de la Corte Suprema. Y en primerísima clase). “Un velero llamado libertad” (el sistema de justicia para los que robaron y pronto saldrán de prisión).
Cito un tuit de Don Próspero Ventura: “La voracidad de la extrema derecha y el egoísmo de la extrema izquierda nos tienen en la extrema pobreza”.
“En estas elecciones no queremos condiciones”. Preferiríamos instituciones. Pero el problema es que la institucionalidad está en ruinas. Sin luna y hundida en la profunda noche. Noche vacuna entre ruinas. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Vamos Patria a tuitear; yo soy rebaño.