Opinión

"En busca de unas elecciones 2023 eficientes y transparentes"

"Es urgente publicar el procedimiento completo del proceso electoral y cómo encajan en él las nuevas tecnologías basado en el marco legal."

Una de las actividades más satisfactorias que un guatemalteco puede realizar es participar como voluntario en las elecciones generales. El sistema fue diseñado para que, a excepción de los magistrados, y trabajadores del Tribunal Supremo Electoral -TSE- y servicios contratados, el proceso electoral fuera operado por miles de ciudadanos guatemaltecos. Los magistrados nombran a los miembros de las Juntas Electorales Departamentales -JED- y luego en forma piramidal van nombrando a los integrantes de la Juntas Municipales -JEM-, éstas a las Juntas Receptoras de Votos -JRV- quienes son los que integran las mesas de votación.

Entre las funciones de las JRV está recibir al ciudadano para que ejerza su voto libremente y custodiar el mismo. Al finalizar la jornada junto a los fiscales se cuentan las distintas papeletas. Luego de tener el resultado por elección, se elabora el acta correspondiente, se verifican los datos y se entregan los resultados a la JEM, ésta traslada los resultados a la JED para que luego el TSE los reciba y los publique. También las JRV deben entregar los enceres y papeletas a su junta municipal y la junta queda disuelta.

A lo largo de los años se ha introducido tecnología en el proceso. Por ejemplo, en elecciones anteriores las juntas del Departamento de Guatemala contrataron una empresa internacional para que apoyara a con el proceso de digitación, digitalización, transmisión y publicación de resultados a un costo de Q11 millones ambas vueltas. En el contrato la empresa se hacía cargo del equipo, el personal, las comunicaciones y el apoyo de UPS y energía, entre otros. Esto garantiza datos más exactos y rápidos para su publicación.

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En el último evento electoral (2019) el tribunal decidió no autorizar a las juntas la terciarización de la digitación, digitalización y transmisión de datos. El TSE contrató a un equipo y personal para esta actividad. Fue un evento ineficiente e ineficaz y hasta hubo fallas de cálculo a nivel central. En varios centros los digitadores y las computadoras no llegaron; en otros estaban ambos, pero no conocían el sistema, y en pocos funcionó efectivamente. Debido al modelo descentralizado y la custodia de parte de las juntas de las actas el problema se logró superar, pero dejó un mal sabor

De cara a las próximas elecciones 2023, en agosto el TSE lanzó una invitación a empresas que quisieran ofertar equipos tecnológicos y software para el proceso, con fecha de entrega de las ofertas, el 14 de septiembre. Llegada la fecha, únicamente una empresa participó (Smartmatic) ofreciendo el servicio por Q606 millones. Sin embargo, luego de una serie de cuestionamientos de varios miembros de la sociedad civil, el TSE rechazó la oferta, por lo que publicó nuevamente el concurso, solo que, en esta oportunidad dividido en seis lotes, con fecha de entrega el 17 de noviembre: 1) Equipo de computación para digitalización, digitación e impresión de documentos. 2) Servidores del centro de datos. 3) Software e infraestructura tecnológica para digitalización, transmisión, digitación, verificación y publicación de resultados preliminares. 4) Software e infraestructura tecnológica para identificación biométrica. 5) Instalación y equipamiento tecnológico del centro de prensa para la publicación de resultados preliminares el Centro Nacional de Información y 6) Servicio de comunicación satelital portátil para conectividad.

La licitación se considera cara, si se compara con el costo total de las elecciones pasadas que fue de Q457.4 millones. Además, los equipos licitados no coinciden con todas las actividades descritas, la forma de capacitar a los operadores y colaboradores no es la más adecuado; no se contemplan costos de almacenaje, traslado, ni de servicios extras como de energía, logística y soporte. Adicionalmente tan solo hubo un oferente en la primera vez y lo más grave es que algunos procesos no están contemplados en el marco legal.

Respecto al primero de los lotes, se solicitan tres softwares y se contemplan 4,709 centros o estaciones de digitalización y transmisión -CDT- que estarán cercanos a las 20,990 Juntas Electorales (una estación por cada 15 JRV), donde habrá computadoras portátiles donde las actas se van a digitalizar y transmitir a unos centros de digitación y verificación -CDV- de actas donde 1,300 personas estarán verificando con equipo de computación. Acá es donde se encuentra el mayor error, ya que las actas en los CDT deben ser primero “digitadas”, o sea que los datos deben ingresarse al computador con un teclado a vista de la JRV y verificar que la información coincida con las actas, para luego digitalizarlas y transmitirlas. De hecho, si estas actas tienen errores, no pueden ser modificadas más que por el presidente o representante de la junta. Esta falta es urgente remediarla, ya que no coincide con el modelo en ley.

Con relación al lote cuatro “Software e infraestructura tecnológica para identificación biométrica” se pretende que cada mesa cuente con un aparato biométrico que tendrá la función de verificar la autenticidad del votante y llevar estadísticas durante el día. Según lo que se habla este tiene un costo de Q280 millones. Estos aparatos los usan otros países en Latinoamérica para sus elecciones, sin embargo, su introducción conlleva un proceso de varios años, mientras acá se pretende hacer de un solo en todas las mesas sin tener experiencia previa. Además, no queda claro quién será el responsable, ya que las bases señalan que se asignarán operadores de estos 25,600 aparatos. Genera las siguientes dudas: ¿Qué problema resuelve? ¿Será introducido en el reglamento? ¿Los aceptarán los miembros de las juntas? ¿Qué desafíos se presentarán al no haber realizado pruebas anteriormente? ¿Qué harán con los aparatos luego de las elecciones? El padrón físico ha funcionado hasta ahora, así que en última instancia lo que procede es hacer un plan piloto con el cual se pueden analizar las luces y sombras de esta tecnología para luego decidir si se escala a nivel nacional. Y, para llevar estadísticas, se puede diseñar otro proceso más barato.

Para garantizar la pureza de las elecciones del próximo año, es importante que el TSE diseñe, redacte y presente el plan o proyecto completo del proceso electoral 2023, cuál sería su alcance, forma de organización, los equipos que van a necesitar y una estimación de su costo total. Es urgente publicar el procedimiento completo del proceso electoral y cómo encajan en él las nuevas tecnologías basado en el marco legal. Lo ideal es cancelar los concursos de presentación de ofertas para la adquisición de equipo tecnológico para el proceso electoral 2023 y redactar unos nuevos que por un lado se adapten a los procedimientos establecidos en la Ley, su Reglamento y demás normativa; y por el otro contemple análisis de costo beneficio de los sistemas. Por último, es sumamente importante que el TSE fortalezca sus capacidades y se asesore de los mejores para lograr unas elecciones transparentes y eficientes. ¿Qué opina del TSE? ¿Cómo lograr confianza en las elecciones 2023? ¿Ha participado como voluntario en una elección?

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