Opinión

"La agenda pendiente para el desarrollo"

La tensión que ha generado la aprehensión de José Rubén Zamora, principalmente en la capital y en el ámbito internacional ha sido devastadora. Unos contra otros se insultan, descalifican y agreden -es solo de esperar quién revienta al otro en el Twitter-. Se ha perdido completamente el análisis, la discusión y la confianza en el sistema. Es lamentable como muchos de los casos penales, luego de una semana, no concluyen la primera audiencia. Es de recordar que debido a factores como falta de planificación, capacidades personales e infraestructura improvisaron la figura de la “prisión provisional” que no tiene nada de legal, pero se sigue usando.

Este acontecimiento abruma a varios ciudadanos. Especialmente, cuando se observa lo que está pasado en países vecinos, da mucha ansiedad. Hay temor que a futuro suceda algo más extremo como en El Salvador y Nicaragua -donde se ha limitado el acceso a la justicia y la libertad de locomoción y de expresión-. Además, en la región latinoamericana, los gobiernos tienden a implantar dictaduras y convertirse en autocracias, sin libertad económica, política y social, destruyendo las instituciones democráticas.

En Guatemala, la mayoría de los habitantes siguen sin ver una salida, donde dos narrativas polarizadas, caducas y arrasadoras hacen tanto ruido en su camino para tomar el poder que parecieran ser los únicos dueños del discurso político. ¡Cuidado con los saltos al vacío!

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Recientemente, tuve la oportunidad de conocer el resultado del proyecto “Escuchemos Guatemala”. Durante el año 2021 se recopiló en los 22 departamentos del país por medio de la participación de 700 líderes locales sus inquietudes, anhelos y perspectivas para identificar los motores de desarrollo del país. Interesante la síntesis del ejercicio que muestra que la mayoría clama por cambios en cuatro grandes áreas: 1) salud, 2) educación, 3) infraestructura y 4) empleo. Algunos municipios mencionaron la seguridad y la justicia y muy pocos se refirieron a la corrupción.

En educación se pide cobertura y calidad educativa. Que se cuente con maestros capacitados y que puedan impartir educación bilingüe. Se ve como prioritario, por un lado, la educación en valores y por el otro la formación técnica. En salud se señala como fundamental la nutrición y la salud preventiva. Se demanda el abastecimiento de medicinas, contar con suficientes médicos y enfermeras y disponer de mobiliario para hospitales y centros de salud. En infraestructura a nivel local se habló de drenajes, plantas de tratamiento de agua, escuelas, hospitales y parques con espacios públicos seguros para actividades lúdicas. La construcción y mantenimiento de las carreteras se ve como crucial. Interesante el área de empleo, la gente pide mejorar las condiciones para lograr un empleo formal, impulsar el emprendimiento, reducir la burocracia y contar con inversión y acompañamiento.

El desafío es el cómo lograr que estos deseos de los guatemaltecos se concreten. Lo que se puede observar es que el actual arreglo institucional del país premia a los políticos de turno y grupos de presión privilegiados y muy poco a los ciudadanos. Se cuenta con poca gerencia social en el país y los organismos del Estado están muy debilitados, lo que pone en riesgo a la República. El combate contra la corrupción no se dará exclusivamente por la vía penal, sino que será cuestión de crear los incentivos, mejorar los sistemas y controles, y prevenir.

A pesar de contar con una serie de recomendaciones para cambiar la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP), su modificación no avanza ni se corrigen muchas inconsistencias -a cinco meses de la convocatoria a elecciones-. Se cuenta con una Ley de Contrataciones obsoleta que, lejos de motivar a ejecutar con transparencia y eficiencia, obstaculiza la inversión. Por otro lado, mucha de la gente que trabaja en el Gobierno -y esto es en todos los organismos del Estado- no tiene las competencias ni capacidades necesarias. Es urgente crear un marco de principios regulatorios que incluye las distintas leyes de servicio civil de Guatemala y se premie el mérito.

Adicionalmente, el presupuesto del Gobierno está en su mayoría comprometido y debido a los pactos colectivos en el sector público cada vez es más rígido. El país se está endeudando para pagar burocracia y los servicios públicos tienden a ser de inferior calidad y de menor cobertura. Preocupa cómo en los últimos meses se han gastado muchos recursos en subsidios y varios proyectos de infraestructura superficial -acciones populistas avaladas por varios funcionarios en su mayoría para ganar votos; fondos públicos con grandes costos de oportunidad-.

¿Qué hacer? Lo primero es respetar la Constitución. La ruptura del orden constitucional inició con la violación del plazo finito de la elección de las cortes a raíz de una resolución de la Corte de Constitucionalidad, decisión que ha afectado seriamente el proceso. Se deben fortalecer los tres poderes del Estado y los órganos de control. Es importante apegarse a los plazos finitos, así como a los mandatos, principios y valores que la Carta Magna señala. Segundo, modificar la LEPP y modernizar los sistemas de gestión, utilizando la tecnología y promoviendo la eficiencia y transparencia. Tercero, los servicios públicos deben obedecer y proporcionar más y mejores servicios a los guatemaltecos y no a beneficiar a “algunos pocos”; sin salud, educación e infraestructura no habrá desarrollo ni empleo de calidad.

Será de evaluar las propuestas de los candidatos y elegir a los que basados en su trayectoria, capacidad y principios puedan transformar Guatemala en un país con oportunidades, libre de corrupción y en paz. ¿Cuáles deberían ser las prioridades del próximo gobierno? ¿Qué opina de la política y de los posibles participantes? ¿Pertenece a algún partido político?

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