Opinión

"Los partidos, la institucionalidad y el desarrollo humano"

"Estamos a un año de que se celebre el proceso electoral y los votantes salgan, dependiendo cuánto los motiven los partidos y sus candidatos, a expresar en las urnas su apoyo electoral."

Unos días atrás, en medio de cuestionamientos, se presentó el Informe Nacional de Desarrollo Humano y presenta desalentadoramente un panorama de pocos avances en materia de desarrollo social.

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Estamos a un año de que se celebre el proceso electoral y los votantes salgan, dependiendo cuánto los motiven los partidos y sus candidatos, a expresar en las urnas su apoyo electoral. Más allá de la discusión sobre las variables que influyen en el comportamiento electoral, ya empezaron a perfilarse los partidos y a presentar las principales cartas. Algunas de ellas no sorprenden, porque ya son conocidas, y otro conjunto entra en una categoría de menor conocimiento.

No obstante, la salida prematura de muchos de ellos con posicionamientos muy débiles y con poco sustento sobre algunos aspectos coloca sobre la mesa la necesidad de exigir que los partidos y sus candidatos se tomen en serio la campaña y que se promueva una discusión de altura, en la que se debata sobre propuestas fundamentadas en evidencia, no en puras buenas intenciones.

En este sentido, hoy traigo a discusión uno de los aspectos que debe estar en el centro de las propuestas de los candidatos el desarrollo social. Los resultados presentados por el informe de desarrollo humano que uno de los principales resultados del informe sea que el país experimentó las mayores pérdidas en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) (27.5%) en toda Latinoamérica.

En términos comparativos, solo Honduras y Nicaragua tienen un peor IDH. Por otro lado, en materia del índice de desigualdad de género, se reporta que tenemos el índice de desigualdad de género más alto de la región.

Estos resultados deben hacernos reflexionar qué estamos haciendo desde las instituciones públicas para atender esta problemática, que se agudiza por los efectos económicos de la pandemia del Covid-19, la guerra en Ucrania y los incrementos al precio del combustible. Solo basta ver los escalofriantes datos de desnutrición y hambre que afectarán a millones de guatemaltecos y guatemaltecas en los próximos meses.

No es un escenario alentador, porque el informe resalta que más allá del contexto de pandemia, el desarrollo humano del país se caracteriza por un importante desequilibrio entre sus “logros económicos”, reflejados en unos indicadores macroeconómicos que contrastan con un desarrollo social que avanza lentamente, y por la persistencia de desigualdades en indicadores clave de bienestar, entre los diferentes segmentos sociales y territorios del país. Esas inequidades históricas afectan particularmente a las mujeres, a la población indígena y a las personas con menos ingresos.

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La discusión debe estar orientada por un lado a transformar el modelo económico, que es excluyente y que no está generando el bienestar y el desarrollo que todos necesitamos. No genera suficiente empleo formal y digno, promueve una diáspora que anda buscando una mejor vida en el exterior, arriesgando su vida emigrando en condiciones inhumanas.

En este sentido, los partidos y sus candidatos tienen un poco menos de un año para desarrollar propuestas concretas, realistas, viables y pertinentes que promuevan el desarrollo económico, inclusivo, en la que tengan al centro a la persona y un modelo que brinde dignidad humana.

La institucionalidad pública a través de sus políticas, bienes y servicios que brinda a la sociedad se constituye en un factor clave para la promoción del desarrollo social. Por ello, necesitamos partidos y políticos que piensen en el país, en las necesidades de su población, en contribuir al desarrollo y no en negocios y corrupción. Necesitamos mejorar los indicadores que miden el desarrollo humano. ¿Qué opina usted?

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