Opinión

"La batalla por todas las batallas: el MP"

"¡La guerra es a muerte! ¿Por qué? porque es la república y la libertad la que nos jugamos como nación, y el otro bando (el del lado equivocado de la historia) ya probó el sabor de una dictadura sobre el resto de la sociedad, y a socialistas y comunistas, ese amargo sabor de helado, les fascina."

La institucionalidad es la columna vertebral junto con el derecho justo e imparcial de cualquier república.

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Sin república, la democracia solo se vuelve otra forma de elegir tirano y otro nuevo rebaño de corruptos cada cuatro años.

Es fundamental que el Ministerio Público (MP) llegue a puerto seguro y amarre; para tener una institución de sirvientes de la ley y la Constitución (y de nadie más) que desarrollen una basta capacidad investigativa y de evidencia científica y presentación legítima y obtención legítima de dicha evidencia en juicio.

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Solo así es viable el país, solo así se terminará algún día el cáncer maligno que dejó sembrado en el MP y muchos otros lugares, la Embajada, el G13 y el nefasto State Department, manejado por socialistas demócratas como Robinson, que quizá fue el extranjero más nefasto en Centroamérica, desde los filibusteros y el cuatrero y ladrón de William Walker en Nicaragua en el siglo XIX.

¡La guerra es a muerte! ¿Por qué? porque es la república y la libertad la que nos jugamos como nación, y el otro bando (el del lado equivocado de la historia) ya probó el sabor de una dictadura sobre el resto de la sociedad, y a socialistas y comunistas, ese amargo sabor de helado, les fascina.

La supina maldad de levantar una dictadura judicial con la falsa “lucha contra la corrupción” o “por la justicia” tiene que ser de una perfidia solo superada, quizá, por la dictadura asesina del infame Manuel Estrada Cabrera en los albores del siglo XX.

Así que, queridos socialistas, guerrilleros, ideólogos de género, feminazis y comunistas frustrados del G13 y sus oenegés, la batalla esta puesta: y no nos vamos a doblegar, ni ante ustedes, ni ante nadie, no vamos a dejar que se repitan otra vez los desastres de Claudia Paz y Paz o de Thelma Aldana en el MP y Gloria Porras en la CC, tres prófugas huidas a Washington, en las enaguas de demócratas y socialistas (allí sí no es malo el “imperio”
¿verdad?)

Guatemala ha despertado y escarmentado, luego de los fiascos de Juan Francisco Sandoval, Prado, Rivas, Foppa, y demás lacayos del socialismo extranjero abusivo y arrogante.

Lo único que lograron en esos 11 años de dictadura de la fracasada y expulsada Cicig, fue unir a todo el país en su contra (algo así como el idiota de Trudeau en Canadá con los traileros) y el país y los factores de poder ya no confían en el G13 ni en la “lucha contra la corrupción y por el estado de derecho” de la Embajada y sus oenegés de colaboracionistas traidores a Guatemala, y millonarios en dólares y euros!

La institucionalidad de Guatemala y su república, ya nunca mas será abandonada por la ciudadanía y sus elites. Guatemala debe preservar lo ganado y seguir la durísima tarea y lucha de construir una república de leyes justas y no de tiranuelos bananeros como el infame Robinson o Trudeau, el chavista canadiense.

Dios salve a la república, a la Constitución y a nuestra sagrada libertad. Aquí en nuestra patria y en el mundo entero. Dios, patria, vida y libertad.

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