Estoy convencida de que nuestro país puede progresar y florecer utilizando todos los recursos que nos proporciona la era digital y nuestra creatividad. El mes pasado se realizó en Guatemala una cumbre para conversar sobre ciudades inteligentes organizada por la Fundación Friedrich Naumann con el objetivo de lograr que varias ciudades en Centroamérica y México avancen, innoven y utilicen las nuevas tecnologías al servicio de los ciudadanos.
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La Fundación señala que una ciudad inteligente debe contar con los elementos básicos para poder sobrevivir, prosperar y disfrutar una ciudad, independientemente de pandemias: Desde servicios de salud inteligentes hasta alternativas de recreación y esparcimiento, aquellas que permitan vivir y disfrutar de la ciudad en espacios al aire libre.
A raíz de la pandemia, las ciudades quedaron en shock; sin embargo, las primeras en adaptarse fueron las que de forma “inteligente” usaron tecnología, herramientas y políticas para estar en mayor contacto con sus ciudadanos. Varias ya venían trabajando en su diseño; no obstante, la pandemia fue una gran oportunidad para acelerar el proceso.
Como bien lo dice Elisabeth Maigler: “Cuando pensamos en una ciudad inteligente, los primeros conceptos son la innovación y la digitalización”. Es de recordar que la innovación no solo es uso de tecnología, sino implica cambios políticos, económicos, socioculturales, ambientales y en otros ámbitos. Es transformación constante pensando a futuro y viviendo el presente, poniendo a los habitantes en el centro y objetivo de los cambios.
Imagínese una ciudad con diseños inteligentes de calles y de alternativas de movilidad –lo que reduce los costos, tiempos y riesgo de transporte, además de la contaminación del aire–. Una ciudad que también cuenta con acceso a todo tipo de servicios inteligentes, de educación y seguridad.
Ahora bien, ¿por qué no aspirar a ser un país moderno con ciudades inteligentes y un gobierno digital? Si Guatemala desea una estrategia frontal contra la corrupción y promover el desarrollo económico y social, debe avanzar hacia un gobierno digital. La digitalización facilita la participación ciudadana en procesos de toma de decisiones, aumenta la transparencia, simplifica trámites y genera una cultura de mejora continua.
El BID señala que la mayoría de los países de Latinoamérica se ha quedado rezagado. Puntualiza que la transformación digital es fundamental para que los gobiernos puedan ofrecer servicios más eficientes y accesibles a ciudadanos y empresas. Es obvio que es un proceso gradual que cada gobierno debe establecer con planificación, capacidad de innovación y persistencia. Esta visión daría al país un rumbo hacia la modernidad.
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Inicialmente se requiere que la mayoría de los habitantes tenga acceso a internet. El último censo (2019) desnuda la carencia de los servicios, apenas 3 de cada 10 guatemaltecos usan internet y tan solo un 17% de los hogares tiene el servicio. Definitivamente, sin infraestructura es muy difícil pensar en un gobierno digital. Importante que el gobierno avance en la licitación de la banda 4G y que participen firmas locales e internacionales para ampliar la cobertura, fortalecer la conectividad e infraestructura tecnológica, disminuir la brecha digital y aumentar la competitividad.
Se cuenta con un mandato para el Organismo Ejecutivo para ir simplificando trámites: La Ley para la Simplificación de Requisitos y Trámites Administrativos (Decreto 5-2021) que entró en vigor en septiembre y que cuenta con plazos establecidos para progresar. Falta una buena discusión y acción para transformar la gestión pública. Hay poca inversión en el capital humano. El combate a la desnutrición crónica va muy lento y ni siquiera hay una propuesta para cambiar el sector de salud. A casi dos años de la pandemia la mayoría de los niños y jóvenes no han avanzado en su aprendizaje, y el Ministerio de Educación se ha estancado en renovar su modelo educativo y buscar acceso a la tecnología para los estudiantes.
Los guatemaltecos son personas muy emprendedoras e innovadoras; sin embargo, muchos no cuentan con las herramientas, los servicios y el soporte para salir adelante. El ecosistema es muy importante para crear la atmósfera propicia. Actualmente, el Ministerio de Economía discute con una serie de actores el diseño de una política de innovación para el país. También se incluye un análisis del medio social, profesional y educativo alrededor de las personas para innovar. Por último, se desea detectar los cuellos de botella para facilitar la innovación y tomar acción para afrontarlos.
El Congreso avanzó el año pasado con dos procesos: Aprobó el reglamento para la firma electrónica y los diputados pueden participar en modalidad virtual en las reuniones de las comisiones. En el Organismo Judicial quedó claro que se requiere urgentemente un plan para modernizar y digitalizar: Una institución obsoleta, que carece de información, con procesos muy lentos y de poco acceso a los ciudadanos. Este plan debe partir por un buen diagnóstico y señalar una hoja de ruta para su implementación.
La consolidación de una visión de Estado, integral y de largo plazo, para el desarrollo de un gobierno digital es un desafío que requiere liderazgo, capacidad y ante todo voluntad política. Las herramientas conceptuales y tecnológicas están cada vez más accesibles. Hagamos de esta situación una gran oportunidad para lograr el bienestar de todos sus guatemaltecos. ¿Cómo logramos el sentido de urgencia en la modernización de la gestión pública? ¿Cuáles países pueden apoyar a la digitalización de Guatemala? ¿Cómo construir un diálogo nacional enfocado a futuro?