Allá por noviembre del año 2020 publiqué un escrito que titulé “¿Quién sos?”, escrito que puede encontrar, si es que no lo ha leído, igual que todos los que aparecen publicados cada jueves, en mi página www.mayragabriel.com. Ahora quiero extenderme un poco sobre el mismo, pues en mi cabecita y corazón he estado sintiendo varios mensajes por reforzar y seguir motivando a que lo reciban y lleguen a todas las almas que se pueda. Qué le parece seguir cuestionándose: ¿Quién soy?
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En algún momento se ha preguntado cómo funcionan sus pensamientos en usted. ¿Cómo es que realmente ejecuta lo que piensa? Y, no digamos, cuando algún pensamiento simplemente crea un gran desgano que no lo deja salir adelante y cada pensamiento puede hacer que se hunda más o todo lo contrario. ¿O se ha puesto a analizar que quién cree ser usted, es algo simplemente hecho por usted mismo? Como dirían algunos, hecho a la medida y que solo depende realmente de sus propios pensamientos. Sugiero o hago el llamado a que sienta o reflexione por un momento: ¿Quién cree ser usted? ¿Qué pensamientos propios le han dado forma a su ser?
Imagínese que es usted mismo quien se hace una forma de usted. Sería entonces que, si yo me formo a mí mismo, debería entonces darme lo mejor debería entonces darme lo mejor de mí para mí, sentirme lo más a gusto posible para ser de mi total agrado porque, al fin y al cabo, si no estoy a gusto conmigo mismo, ¿cómo podría entonces aceptarme mi prójimo? ¿Lo puede sentir?
El filósofo matemático francés René Descartes dijo en 1637: “Pienso, luego existo”. Descartes fue aún más lejos con sus indagaciones filosóficas de la razón afirmando que, a pesar de que todos tenemos una mente y un cuerpo, la única certeza es la existencia de la mente (pensamiento, razón), pues no se puede estar seguro ni siquiera de que nuestro cuerpo existe.
Hace unos días le puse nombre a mi desgano y falta de energía acompañados de ojos superrojos, PCR igual positivo. En general, lo que he sentido ha sido mucho cansancio y poca hambre, algunas veces un poco de náusea. Me he propuesto no darle ningún tipo de poder a este virus que quién sabe cómo es que funciona realmente. Yo, ni idea de cómo me contagié. Llevo nueve días, diría yo, y la verdad es que mis pensamientos han estado enfocados en otro montón de cosas, menos en preocuparme por el tal virus. Estoy haciendo y tomando todo lo que toca y haciéndole caso a mi cuerpo. Mi cuerpo, mi gran maestro para oírlo y apoyarlo con pensamientos positivos para que siga su proceso de sanación.
Así que me ha tocado ver para atrás y darme cuenta de que, en la mayoría de las experiencias de aprendizaje que me ha tocado pasar en mi vida, mis pensamientos han sido clave, como ahorita, en el caso de estar pasando la prueba del Covid-19. Sin darle mucha vuelta a la vida, tengo clarísimo que mi mente soy yo, que todo está en mi mente y que donde está mi foco está mi energía, que mi mente está para servirme y atenderme al máximo de forma amorosa y que solo mi propia mente me pone límite a alguna acción que quiera o no ejecutar.
Quiero agradecer infinitamente a Dios, que me sostiene siempre, a mi hijo que ha sido un acompañante amoroso e incondicional, a mi hermana, a la Monish y a todas las personas que han estado superpendientes de mí y de mi salud. Realmente, mil gracias por tanto apoyo emocional, por esos mensajes grandiosos de cariño y los detalles que me han enviado. Sus oraciones y pensamientos a distancia los he recibido con mi recuperación tan al día a día como los he ido sintiendo. Mi corazón está superagradecido y viento en popa para lo que venga con creces y seguir dando y sirviendo, a lo que me dé el pulmón. Gracias de corazón siempre.