Opinión

"Lo que no se mide, no se puede mejorar"

"Es más, se sugiere realizar un muestreo por ciclo (preprimaria, primaria y básicos) para conocer cómo va el aprendizaje y contar con información de los retos que afrontaremos a futuro para contar con las estrategias. El aprendizaje de los niños, niñas y jóvenes debe ser prioridad".

Recientemente conversaba con unos compañeros de trabajo y nos cuestionábamos qué estará pensando la ministra de Educación y su equipo respecto el futuro del aprendizaje de los alumnos. A más de año y medio de la pandemia de Covid-19 vemos poca luz e innovación en ese ministerio. Preocupa que no se tiene información ni estudios que muestren qué está pasando en el sector educativo en general.

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¿Han servido las guías? ¿Los maestros les han dado seguimiento a alumnos? ¿Están aprendiendo algo los estudiantes? ¿Qué papel están jugando los padres de familia? ¿Qué efecto ha tenido la educación virtual o híbrida en los aprendizajes? ¿Cuáles son los cambios que se requieren?

La sociedad vio con buenos ojos que el Ministerio anunciara que realizaría la evaluación de los graduandos del año 2021. Esta prueba es un instrumento que desde el año 2004 se lleva a cabo por el Ministerio de Educación (Mineduc) y se aplica a todos los estudiantes que están por graduarse del nivel diversificado, requisito para obtener su diploma a partir del año 2005.

Interesante su historia: A finales del siglo pasado se realizaron intentos de hacer evaluaciones en el ministerio, sin embargo fue saboteado por distintos grupos. En el año 2004 se organizó un evento masivo, voluntario, con el apoyo de la Universidad de San Carlos. La mayoría de los establecimientos participaron. Los jóvenes lucieron sus mejores trajes para someterse a esta prueba y lo hicieron con mucho orgullo y determinación. Aunque los resultados no fueron muy alentadores, se afrontó con coraje la situación y hubo consenso de la importancia de generar un instrumento propio en el Mineduc.

El ministerio inició todo un proceso para evaluar no solo a los jóvenes que estaban por graduarse, sino que se creó un sistema que incluía una evaluación a todos los maestros que optaran a una plaza, evaluación de graduandos del tercero básico, pruebas de muestreo en otros niveles y otras. Esta información es muy importante, ya que permite ir generando programas para mejorar la calidad educativa a nivel institucional, por establecimiento y por docente.

Desde aquel entonces, se formó un equipo técnico encargado de verificar, monitorear y evaluar la calidad educativa para lograr los servicios en todos los niveles de la educación guatemalteca. Luego se creó la Dirección General de Evaluación e Investigación Educativa (Digeduca), la cual a lo largo de los años ha cumplido un papel de promover la cultura de evaluación, proporcionar información para que el ministerio busque estrategias para el cumplimiento de los estándares. Además, genera información valiosa para la comunidad educativa; para el estudiante, conocer su nivel; los padres, para exigir cambios; y para los directores y maestros, realizar planes de mejora continua.

El contar con un sistema de evaluación, también ha permitido que se participe en pruebas internacionales como el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA), cuyos resultados dan una referencia de las brechas a superar para lograr estándares internacionales.

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Es interesante que este sistema ha trascendido varios gobiernos y durante los últimos años, especialmente la evaluación de los graduandos, se hacía rigurosamente. El año pasado el ministerio decidió no aplicarla por el problema de la pandemia, lo cual en general fue aceptado, aunque no compartido.

Ahora bien, ¿por qué no realizar las pruebas de los graduandos en 2021? Hace unos días el Mineduc anunció que por segundo año consecutivo se cancelaba la evaluación que practican los graduandos señalando que el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social le indicó que no podrían examinar presencialmente a los 168 mil escolares. Es lamentable que el ministerio vuelve a apelar a la pandemia para no realizar la evaluación. Se contó con un año completo para diseñar un sistema virtual para su aplicación. Esto ha generado una discusión y disgusto entre la comunidad educativa. De hecho, algunos hasta comentan que puede ser una recomendación de “la mesa técnica de la ministra”, integrada en su mayoría por miembros de los sindicatos. Es un hecho que cuando se iniciaron las primeras pruebas, los mayores opositores fueron algunos miembros de un sindicato en particular.

La pandemia durará varios años y definitivamente si no innovamos, perderemos lo poco ganado en educación desde los acuerdos de paz. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Se recomienda al Mineduc realizar la prueba este año de manera virtual. Una muestra indicaría al menos los resultados del aprendizaje en estos dos años. Además, ayudaría a conocer cuáles establecimientos lo han logrado con mayor éxito y cuáles deben mejorar sustancialmente. También serviría para conocer si las prácticas que hacían los estudiantes agregan valor.

La cultura de evaluar y mejorar adquirida en los últimos años en educación debe fortalecerse. Busquemos qué están haciendo otros países, cómo están afrontando este desafío, aprendamos e iniciemos una modernización en el sector educativo. Es más, se sugiere realizar un muestreo por ciclo (preprimaria, primaria y básicos) para conocer cómo va el aprendizaje y contar con información de los retos que afrontaremos a futuro para contar con las estrategias. El aprendizaje de los niños, niñas y jóvenes debe ser prioridad. ¿Qué opina del sistema educativo actual? ¿Están aprendiendo algo los estudiantes con guías? ¿Cómo sacudimos al Mineduc para que reaccione a futuro?

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