El presupuesto propuesto por el gobierno para el ejercicio fiscal de 2021 asciende a Q99,700.0 millones. Es un presupuesto muy por encima del nivel promedio de los últimos años, aunque sería menor que el actual (Q107.7 mil millones), que originalmente era de Q87.7 mil millones, el cual se amplió en casi 20 mil millones en abril para programas por el Covid-19 y los aumentos salariales.
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En materia de egresos, el “Proyecto de presupuesto 2021” presentaría más inversión, pero también más deuda, y el gasto de funcionamiento seguiría teniendo la mayor participación. El 89% de los egresos se asignaría a seis instituciones: 1) Obligaciones del Estado a cargo del Tesoro: 28%; 2) Ministerio de Educación: 19%; 3) Servicio de la Deuda Pública: 16%; 4) Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda: 10%; 5) Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social: 10%; y 6) el Ministerio de Gobernación: 6%. La Región Metropolitana seguiría siendo la primera prioridad y las regiones Suroriente y Norte incrementarían su participación, mientras que el resto de las regiones reducirían su participación con mayor énfasis en la de Suroccidente. Persiste el sesgo en favor del departamento de Guatemala en cuanto a la asignación presupuestaria per cápita, área con menos desafíos de desarrollo en todo el país.
En el “Proyecto de presupuesto 2021” se estima que los ingresos tributarios alcanzarán Q61,426.1 millones (equivalentes a 10.0% de la producción). El CIEN considera que el monto total estimado es factible de alcanzar siempre que no se materialice un nuevo escenario de infecciones por Covid-19 que obliguen a un nuevo “coma inducido” a la economía nacional que resulte en un escenario menos favorable que el que respalda el “Proyecto de presupuesto 2021”. Por otro lado, persiste la práctica de incluir un “bolsón” de otros impuestos indirectos que, para 2021, ascienden a Q1,520.4 millones, para los cuales hace falta explicitar en qué impuestos se esperan obtener y cuáles son los supuestos que respaldan esta parte de la estimación de la recaudación para evaluar si es un monto factible de alcanzar en 2021.
Lo que más preocupa es que en el “Proyecto de presupuesto 2021” se pretendería financiar Q8,354.4 millones de gastos de funcionamiento con colocaciones internas y préstamos externos. Esto significa que nos seguiríamos endeudando para pagar planilla, lo que no es sostenible. En los últimos años la masa salarial ha aumentado; sin embargo, los servicios públicos son en general de mala calidad y no están al alcance de todos. La masa salarial del “Proyecto de presupuesto 2021” en relación con el presupuesto aprobado en 2020 se incrementaría en Q3,892.4 millones. Además, no se conoce con certeza la cantidad de personas que laboran en las distintas instituciones, ya que solo se reportan las plazas del grupo 0 y por qué se pretende dicho incremento. Por ejemplo, en el Ministerio de Educación la masa salarial ha llegado a representar, en promedio, entre 2016 y 2019, el 84.4% del presupuesto total ejecutado del Ministerio de Educación como resultado de la suscripción de pactos colectivos en años recientes y la contratación de personal en 2009. Cabe destacar que nuevamente no se incluyeron los riesgos fiscales que se corren debido a los aumentos suscritos de Pactos Colectivos de Condiciones de Trabajo, mecanismo que se ha utilizado en los últimos años para aumentos masivos salariales, sin ningún tipo de evaluación ni mérito de los empleados.
El proyecto también presenta el capítulo respecto a la “Reactivación económica y social”. Se harían asignaciones de Q4,560.8 millones distribuidos en seis ministerios y transferencias a dos instituciones (INDE y FHA), de los cuales Q3,692.8 millones corresponden a proyectos de inversión. El CIEN considera este monto insuficiente para el tamaño del desafío de la pandemia del Covid-19.
Aunque se ve positivo que la proyección económica sea conservadora y se trate de rescatar un presupuesto por resultados, el CIEN señala que las principales debilidades del “Proyecto de presupuesto 2021” son: 1) Usar deuda pública para financiar gastos de funcionamiento, 2) Promover un incremento del déficit fiscal para mantener un gasto público inercial que tiene un alto costo de oportunidad, 3) Continuar la mala práctica de legislar excepciones a otras leyes vigentes (para financiar salarios con deuda, por ejemplo), 4) Mantener baja la inversión pública, 5) No contar con estudios técnicos que respalden los proyectos de inversión propuestos para la reactivación económica, y 6) No transparentar el cálculo del bolsón “Ingresos ordinarios”.
Se recomienda retomar los principios y compromisos del Pacto Fiscal, incrementar la eficiencia del gasto público, no endeudarse para financiar el gasto de funcionamiento y eliminar todo gasto que no ha demostrado ser efectivo o que sea innecesario para el logro de los resultados de cada institución. Es imperante suprimir la negociación de pactos colectivos por institución que impliquen decisiones sobre remuneraciones, mejorar las bases de datos del recurso humano y transparentar la información correspondiente a sus remuneraciones.
Es crucial implementar un sistema público de rendición de cuentas periódico centrado en el desempeño y que provea información relevante respecto a la gestión pública de todas las instituciones del Estado incluyendo los tres organismos del Estado, municipalidades, entidades descentralizadas, autónomas y cualquiera que maneje fondos públicos. Es importante ser austeros, eficientes y no desperdiciar más recursos. ¿Qué opina que nos endeudemos para pagar salarios? ¿Cómo lograr un presupuesto austero? ¿Refleja la “Propuesta de presupuesto 2021” las prioridades de los guatemaltecos?