Opinión

No te lleves al cielo lo que necesitamos aquí

"No todos podemos ser buenos en todo, pero si cada quien da lo mejor de sí mismo en lo que es bueno y sabe hacer, la vida se convertiría en un intercambio recíproco de amor, en donde recibimos lo que damos."

Por: Mayra Gabriel

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“No te lleves al cielo, lo que necesitamos aquí”, es el mensaje que nos puede transmitir muchos pensamientos. Podemos pensar en la partida definitiva de un ser querido, en todas esas palabras que recibimos de que al morir no nos llevamos nada, o simplemente tomar conciencia de lo que significa dar sin esperar nada a cambio. También nos hace reflexionar que, mientras esperamos nuestra entrada al más allá, no nos debemos olvidar de que en la Tierra tenemos mucho por hacer.

Significa permanecer con los pies fijos, pero con la cabeza elevada al cielo, entregando el día a día con libertad, agradecimiento y Fe. Haciendo del camino diario que recorremos, un momento de gozo y una gran oportunidad para saber que lo mejor es dejar una huella de ejemplo con lo que decimos y hacemos, para hacer más confortable el camino a los que nos siguen.

No todos podemos ser buenos en todo, pero si cada quien da lo mejor de sí mismo en lo que es bueno y sabe hacer, la vida se convertiría en un intercambio recíproco de amor, en donde recibimos lo que damos. Cosa contraria a algunos, que gozan de una cosecha que no sembraron. Pero por lo mismo, esto no les durará, ni les dará la paz interna que es importante, porque solo el que siembra, goza de su propia cosecha.

Es una buena oportunidad para tomar conciencia, y poder dejar una herencia de amor donando nuestros órganos, ya sea en vida o teniendo muerte cerebral. Diciéndole a nuestra familia que respete nuestra decisión de donar nuestros órganos en caso de morir con el diagnóstico de muerte cerebral. Y como nos inspira y queremos que también sea parte de Guatemala, que viva en nuestro corazón el slogan que usan en muchos lugares del mundo: “No te lleves al cielo, lo que necesitamos aquí en la Tierra, dona tus órganos”.

Cierro este escrito con unas palabras del libro Lecciones de vida de Elisabeth Kübler Ross que dicen “Las grandes personas no poseen algo de lo que los demás carezcamos; sencillamente, se han despojado de muchas de las cosas que se interponían en el camino de su mejor forma de ser. Por desgracia, nuestros dones innatos se encuentran con frecuencia ocultos bajo las capas de las máscaras y los roles que hemos asumido. Roles como los de padre o madre, trabajadores, pilares de la comunidad, cínicos, entrenadores, inadaptados, animadores, buenas personas, rebeldes o hijos amorosos que cuidan a su padre enfermo, que pueden convertirse en rocas que cubren nuestro verdadero ser.”

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