Hace unos días, la comisión de postulación del Tribunal Supremo Electoral (TSE) inició sus labores. Esta comisión tiene el enorme reto de entregar al Congreso de la República una nómina de 20 candidatos, de los cuales serán electos cinco magistrados titulares y cinco suplentes para la nueva magistratura.
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Esta elección entra en un momento político en el cual la atención de los actores está enfocada en muchos otros procesos, importantes, no lo niego, pero que tampoco deben provocar que desatendamos lo que está pasando en la comisión de postulación.
Al contrario, lo que necesitamos es sentarnos, dar un respiro y ponernos a pensar en que esta elección puede ser una oportunidad para impulsar un proceso de fortalecimiento institucional de nuestro órgano electoral. La experiencia de la elección del año pasado nos dejó sobre la mesa una serie de desafíos que las nuevas autoridades deberán asumir para reformar y modernizar al TSE.
Por ello, el trabajo de la comisión de postulación es el primer filtro. Analizará los expedientes que presentarán los candidatos. La clave desde mi perspectiva es definir cuáles criterios van a prevalecer para calificar. Es decir, la tabla de gradación y la ponderación que se definan para los aspectos a evaluar, los cuales serán determinantes para predecir el resultado de la comisión.
Ojalá que en esta comisión no se repita la triste historia que está sucediendo en otras comisiones de postulación, en las que en contra de todo sentido común están buscando que los puntajes para calificar sean lo más bajos posible.
Imagine usted, es terrible que en procesos en los que se tiene que buscar seleccionar a los mejores esté pasando todo lo contrario.
Por otro lado, ojalá que se presenten candidatos y candidatas que tengan no solo la trayectoria profesional, sino también la experiencia, y, especialmente, los deseos de llegar al TSE a impulsar cambios profundos. Personas que estén dispuestas a jugársela por el fortalecimiento del órgano electoral.
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Las nuevas autoridades encontrarán un insumo muy valioso en el trabajo que está realizando el TSE en la Comisión de Modernización y Actualización Electoral (CAME), en la que diversos actores están discutiendo eventuales reformas electorales e institucionales.
Entiendo perfectamente que la atención de la opinión pública está en otros procesos políticos. La atención y el seguimiento que se le ha dado al trabajo de esta comisión es significativamente menos intenso que el que se dio hace seis años.
No está de más lanzarles una invitación a los actores que están interesados en el fortalecimiento del TSE y que están con muchas energías participando en la CAME para que a su vez le pongan atención a la elección de los nuevos magistrados.
En medio de todas las circunstancias, insisto en que tenemos en las manos una valiosa oportunidad. Confío en que los actores que tienen papeles importantes pondrán sobre la mesa y como prioridad la necesidad de elegir a personas que busquen contribuir en el fortalecimiento del TSE por medio un proceso de reforma y modernización.
Estamos en la fase de la comisión y luego viene la elección en el Congreso. Cada día tiene su afán. La primera prueba está en la comisión de postulación. ¿Qué opina usted?