Las primeras decisiones de los gobernantes al asumir el poder son muy importantes. El actual gobierno, que entró en un contexto político muy complejo, necesita enviar algunas señales de cambio a los ciudadanos, que están esperando una gestión que se preocupe por sus necesidades y que no termine sucediendo lo de siempre; que la ciudadanía se decepciona porque los gobernantes les dan la espalda.
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No me alcanzaría el espacio de esta columna para enumerar los múltiples errores que cometió y las constantes malas decisiones que se tomaron en el gobierno del presidente Jimmy Morales. Sin embrago, quiero analizar las últimas decisiones que tomó la exministra de Relaciones Exteriores Sandra Jovel.
El gobierno se quería despedir realizando nombramientos que aseguraban puestos a personas muy cercanas al expresidente Morales. Una suerte de agradecimiento a la lealtad que muchos de ellos le mostraron en los momentos más complicados del periodo presidencial.
Estos nombramientos se realizaron de manera burda, sin tomar consideraciones técnicas, políticas ni legales, y no digamos sin tan siquiera cuidar las formas. Al contrario, con una actitud descarada y autoritaria que evidenciaba el único interés de buscar beneficiar a estas personas y perjudicar el servicio exterior de nuestro país.
Por ello, celebro que el actual ministro de Relaciones Exteriores, Pedro Brolo, se haya estrenado en su gestión con decisiones enérgicas y contundentes para revertir las nefastas decisiones que se tomaron en la administración pasada.
Dicen por ahí que “la primera impresión es la que cuenta” y en ese sentido las señales que el nuevo gobierno y el canciller están enviando a los actores políticos y sociales nacionales, a la comunidad internacional y a los ciudadanos son bastante positivas. Estos aspectos pueden ser capitalizados políticamente para darle un giro total a la política exterior que impulsó el gobierno anterior en los últimos años.
Otra de las acciones importantes fue la de restablecer las relaciones con Suecia, un país amigo que siempre nos ha tendido una mano y nos ha acompañado en procesos muy importantes. Estos esfuerzos encajan de manera muy efectiva en las acciones que este gobierno debe impulsar para recuperar la confianza, credibilidad y sobre todo restaurar las relaciones que fueron dañadas por el gobierno anterior en la arena de las relaciones internacionales. Hay que recuperar la imagen del país frente a la comunidad internacional.
La destitución de los nombramientos que realizaron a última hora, recuperar las buenas y amigables relaciones con Suecia y el ofrecimiento de otras acciones son, sin duda, señales bastante positivas. No obstante, estas se deben complementar con otras más estratégicas que permitan definir una política exterior que atienda las necesidades que el país está enfrentando en la actualidad.
Espero que el canciller Pedro Brolo asuma con la misma energía y claridad que con la que actuó para destituir a los funcionarios nombrados por Jovel, y los desafíos que enfrentamos en materia de política exterior, entre ellos la migración y otros problemas regionales. ¿Qué opina usted?