El próximo gobierno, en materia de relaciones internacionales, deberá enfrentar los desafíos que la situación migratoria está presentando para el país y la región, un contexto bastante adverso y complejo que debería enfrentarse con un esfuerzo regional.
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Para ello, el gobierno deberá recuperar confianza con los gobiernos de los países hermanos y tratar de liderar, al estilo de los esfuerzos que en los 80 se impulsaron para democratizar y pacificar la región, una respuesta colectiva a los problemas derivados de la migración.
La situación que se vive en la región, generada por un irracional endurecimiento de las políticas migratorias de Estados Unidos, configura en primera instancia un contexto para impulsar una estrategia de atención coordinada y conjunta entre los países afectados.
Lo peor que puede pasar es continuar con esta desgastante estrategia bilateral y con acciones reactivas. Una visión estratégica que permita anticipar y sobre todo diseñar una estrategia colectiva.
No podemos permitir que el Gobierno de Guatemala, por ejemplo, siga negociando bajo la mesa a escondidas y en secreto con el gobierno de Estados Unidos.
Es muy lamentable la posición que han asumido las autoridades con actitudes nada transparentes y resistentes a revelar bajo qué condiciones se está negociando y qué compromisos estamos adquiriendo. Se conoce el texto del convenio, que es muy general, pero no los anexos, que son los elementos operativos.
Están jugando con una débil legitimidad y una cuestionada legalidad.
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Un Ejecutivo que por un lado se niega a cumplir con el procedimiento establecido en la Constitución Política de la República de Guatemala, que manda a que este tipo de acuerdos sean ratificados por el Congreso de la República.
Desobedeciendo de manera desafiante resoluciones de la Corte de Constitucionalidad y principios básicos de transparencia y publicidad de un sistema democrático y republicano. Ojalá el próximo gobierno dé un giro de 180 grados a esta situación.
Las decisiones que está tomando a espaldas y escondidas este gobierno compromete no solo a las próximas autoridades, sino lo está haciendo en un marco en el que no se están realizando los análisis y las evaluaciones del impacto de la suscripción de este acuerdo.
Seamos honestos, no estamos preparados para ser un tercer país seguro.
La imposición de este acuerdo se da en un marco de claras y evidentes amenazas sobre sanciones económicas y de otro tipo que están condicionando y limitando nuestra decisión. Además, tenemos un gobierno saliente que poco le interesa el país y las consecuencias de lo que está firmando.
En este sentido hay un esfuerzo impulsado por la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), que preocupada por los crecientes flujos de migración irregular desde el mal llamado Triángulo Norte de Centroamérica hasta Estados Unido, así como ese adverso escenario de endurecimiento de las políticas migratorias del país del norte, decidió organizar con el apoyo de la Fundación Konrad Adenauer (KAS), el encuentro “Situación migratoria en el Triángulo Norte de Centroamérica y aporte de los centros de pensamiento”.
El esfuerzo parte de un compromiso profundo de Asíes por buscar soluciones públicas, coordinadas entre los países, para atender los problemas que enfrentaremos en materia de migración con una visión estratégica y de largo plazo.
En la actividad han participado expertos de El Salvador, Honduras, México y Guatemala, compartiendo experiencias y perspectivas sobre el contexto de cada país y los desafíos locales y regionales.
Por ello, para los países centroamericanos y México es importante unificar esfuerzos desde los gobiernos, los tanques de pensamiento, las organizaciones especializadas, la cooperación para el desarrollo y todos los actores que están involucrados en atender las cada vez más crecientes demandas en materia de migración. Asíes está colocando un granito de arena. Ojalá esta perspectiva gane más adeptos y pronto veamos acciones, desde los espacios públicos y privados, coordinadas en la región.
Es mejor estar juntos que separados. ¿Qué opina usted?