Opinión

Preparándonos para la segunda vuelta

“Debemos de ejercer nuestro derecho ciudadano a votar”.

A menos de tres semanas de las elecciones para presidente y vicepresidente, los guatemaltecos nos encontramos tensos e indecisos. Luego de que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) falló anteriormente en el proceso de conteo de datos preliminares, varios dudan de que la segunda vuelta sea legítima. Se han tomado algunas decisiones, como destituir al jefe de la Dirección de Informática del TSE e iniciar una campaña de información hacia los ciudadanos. Sin embargo, algunos no se convencen. Es imperante llevar a cabo una auditoría externa del programa y verificar la eficiencia del que se usará en el próximo evento electoral. Previo, debe tenerse certeza del buen funcionamiento del programa, deben hacerse las pruebas necesarias y ambos partidos comprometerse a aceptar el resultado de las elecciones del 11 de agosto.

Ya se están realizando encuestas e iniciaron a publicarse algunas. Es interesante; a pesar de que Sandra Torres obtuvo alrededor de medio millón de votos más que Alejandro Giammattei en la primera vuelta, algunas encuestas muestran que están muy cercanos en número de votos en la segunda vuelta y varias lo favorecen a él. Hay indecisos, otros que votarán nulo y bastantes comentan que no irán a votar. No puede existir duda alguna de los datos preliminares que publique el TSE. Las juntas electorales deberán hacer un trabajo impecable y será ideal que los fiscales de ambos partidos estén presentes en las mesas o en cada centro de votación para ir verificando los resultados. Es de recordar que solo en el conteo en las mesas electorales se puede impugnar votos.

“Debemos de ejercer nuestro derecho ciudadano a votar”.

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Muchos no simpatizan con alguno de los participantes; sin embargo, debemos de ejercer nuestro derecho ciudadano a votar. Aún se cuenta con tiempo para estudiar a ambos candidatos, sus planes, investigar quiénes los rodean, tomar una decisión e ir a votar. Debemos poner atención de cuáles serán sus prioridades, cómo trabajarán sus propuestas y con cuáles recursos piensan hacerlo. Se presentan grandes ideas y proyectos, pero no se comenta cómo se van a financiar. Es de recordar que los ingresos tributarios están muy bajos (menos del 10% de la producción) y que el presupuesto apenas alcanza. La mayoría de los recursos que le quedan al Ejecutivo son para pagar planillas. Ninguno de los candidatos menciona una reforma tributaria.

Está ausente una propuesta para mejorar la gestión del gobierno para contar con servicios de calidad. Aún no definen qué harán con los pactos colectivos de condiciones de trabajo y cómo se irán sustituyendo estos por una carrera en el Servicio Civil. No se han sugerido cambios que demanda la Ley de Contrataciones para ejecutar los fondos públicos con mayor eficiencia y transparencia. Poco se dice de la forma en que se trabajará con la Contraloría de Cuentas. Lamentablemente, el debate respecto al combate a la corrupción se ha reducido a si la CICIG debería quedarse en el país o no. El trabajar una agenda conjunta con el Congreso será crucial para gobernar.

Respecto a los servicios públicos de salud y educación, en ambos planes hay buenas intenciones, pero no hay estrategias concretas para que los servicios lleguen a la población, especialmente a los más pobres. Muchas son similares a las que se han implementado en años anteriores, sin percatarse de que no han dado resultados positivos. A veces se piensa que es porque los ministros no funcionan, no hay proyectos o debido a la corrupción; sin embargo, no se toma en cuenta el desafío de la gestión pública que está obsoleta y merece un cambio dramático para que cada quetzal que se invierta llegue a los guatemaltecos. Con 46% de desnutrición crónica y 78% de cobertura de educación primaria es urgente cambiar la administración pública. En los últimos años hemos destinado más recursos a estas áreas y los indicadores han empeorado.

Se sabe poco de los planes de seguridad ciudadana y sus equipos. Es uno de los problemas más importantes del país; sin embargo, ambas propuestas son limitadas. Deseamos saber cómo combatirán al crimen organizado y qué harán contra la narcoactividad. A cuáles delitos les darán prioridad, cuáles serán los programas de prevención para más de un millón de jóvenes en riesgo, cómo van a fortalecer a la Policía Nacional Civil, cómo reformarán el Sistema Penitenciario y cuál estrategia usarán para coordinar con otros órganos del Estado para mejorar la justicia criminal.

Tal vez el área más floja es la económica. Los guatemaltecos están deseosos de contar con un empleo digno y sostenible. Deseamos saber cómo piensan reactivar la economía y garantizar la inversión privada en el área rural. ¿Se promoverán los salarios diferenciados? ¿Qué tipo de actividades se priorizarán: Agricultura, industria, turismo, comercio, tecnología y otras? ¿Cómo impulsar la pequeña y mediana empresa? ¿Cuál estrategia seguirán con los emigrantes? Poco se ha conversado del modelo para mejorar la infraestructura del país y modernización de los puertos y aeropuertos.

Estaremos pendientes de los programas en radio y televisión, y de las entrevistas en los medios escritos y digitales. Esperamos que los candidatos inspiren a la población a ir a votar y que al menos más de la mitad de los empadronados voten. ¡Participe! ¿Listo para votar el 11 de agosto? ¿Cuál binomio tiene la mejor propuesta? ¿Cuáles son los tres proyectos más importantes para sacar adelante Guatemala?

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