Guatemala vive tal y como son sus estruendosos volcanes y sus mares bravos, ¡días aciagos! El país y sus millones de ciudadanos que, a pesar de todo, fuimos a votar; pasamos por una debacle electoral que el TSE se resiste a auditar, descubrir y documentar; porque es una falla sistémica tan grave que los fiscales de los partidos políticos ya están reportando que llega ¡al 30 por ciento de las actas revisadas las que tienen alteraciones en el sistema informático del TSE!
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El mismo ingeniero Castillo, director de Informática del TSE, frente a las cámaras de televisión y en el centro de cómputo del Parque de la Industria, admitió muy tranquilamente que su software estaba replicando resultados en las papeletas y actas para diputados. ¡Eso no lo dije yo, lo dice el mismísimo director de Informática del TSE; libre y rampante, casi hasta con una leve sonrisita en la boca, con un talante alegre y jovial, admite el fallo catastrófico del software del cual él y su departamento son responsables!
¿Cómo le llamarían ustedes, guatemaltecos, a un sistema que tiene un 30% de error? Además de ello, programadores guatemaltecos que han analizado la página pública del TSE informan ya en los medios escritos y electrónicos PL y perspectiva.com.gt, que ya han publicado reportajes al respecto, que el programa del TSE para el conteo y publicación de resultados está hecho con software anticuado y de fuente pública y gratuita que se encuentra a disposición de cualquiera en internet (PHP) y sin medidas de seguridad suficientes para evitar un posible hackeo (ataque electrónico para invadir el sistema y alterar o robarse los datos y las imágenes electrónicas de las actas o alterar resultados).
“Guatemala es una república constitucional de derecho, la única forma en que una república se mantenga y prospere es que sus instituciones se fortalezcan y se refuercen orgánicamente”.
Esta irresponsabilidad del Departamento de Informática del TSE pone en riesgo los resultados completos de las elecciones generales de la primera vuelta de 2019 y, en mi opinión, pone en evidencia notoria una crasa negligencia e inclusive de un presunto delito de incumplimiento de deberes a esas autoridades, contra las cuales ya pesan varias denuncias penales y contra las cuales ya inició diligencias previas de averiguación el MP. El país no se merece semejante debacle y destrucción por negligencia y hasta dolo de la credibilidad y la institucionalidad del TSE. Tengo información de que inclusive en la reciente consulta sobre el diferendo con Belice se le envió por observadores preocupados más de ocho recomendaciones en cuanto a las graves y preocupantes deficiencias en el programa del TSE y ¡no se atendió ninguna!
Guatemala es una república constitucional de derecho, la única forma en que una república se mantenga y prospere es que sus instituciones se fortalezcan y se refuercen orgánicamente y no con groseras e ilegales intervenciones extranjeras como las de la CICIG y el G-13, que de la forma más abusiva se involucraron en asuntos internos político-electorales y fueron a validar sin pruebas ni evidencias a un TSE y a un proceso electoral a todas luces viciado y defectuoso más allá de la duda razonable. Todos estos representantes extranjeros están en Guatemala solo por el beneplácito diplomático y tienen necesariamente que seguir y respetar las normas de la Convención de Viena y la Carta de Naciones Unidas, que son normas de carácter vinculante y obligatorio para todos los diplomáticos y misiones internacionales en el país. Estas de forma expresa les prohíben inmiscuirse en asuntos internos guatemaltecos. Deben, como mínimo, el gobierno de la República y la Cancillería mandar una nota de protesta diplomática a cada una de las embajadas del G-13 y exigirles que inmediatamente se detengan en su intervención grosera en asuntos internos político-electorales guatemaltecos.
No hay asunto interno más claro y obvio que el proceso electoral y los graves problemas en estas elecciones. Con su presencia y por ejemplo, con el convenio irregular y violatorio del mandato de la extinta CICIG, cuando hicieron estos cinco magistrados del TSE ese convenio irregular CICIG-TSE, violaron la soberanía nacional y además quisieron ocultar lo obvio y evidente: En Guatemala hay indicios clarísimos de un fraude electoral masivo, una alteración de resultados y una desviación de al menos el 8% de los resultados en los votos para el Congreso, lo que significaría al menos 400 mil votos mal adjudicados de un total de un poco mas de cinco millones de votos para diputados al Congreso. Eso es lo que expertos en programación han encontrado al revisar los resultados publicados por el TSE, según su sistema de cómputo, y luego de revisar la alteración de las imágenes electrónicas de las actas, que obran en el sistema de acceso público del TSE. Además hay reportes de miles y miles de actas electrónicas e imágenes alteradas de las actas de resultados finales de las mesas receptoras de votos.
Estos extremos son los que urgentemente deben ser investigados por el MP y por ello es que los manifestantes frente al TSE (que ya van por cuatro fines de semana seguidos protestando) están pidiendo la auditoría forense del software, y ahora por el cuarto fin de semana seguido han convocado para este sábado para protestar pacíficamente el 13 de julio, de las 2:00 a las 4:00 p. m. frente al TSE en la zona 2. Guatemaltecos, el complejo embajadas G-13-ONG de izquierda-medios-CICIG-ONU van tras el poder total con una coalición UNE-partidos minúsculos de extrema izquierda y lo que es peor con vínculos al crimen organizado, por ejemplo, en las fronteras con muchos alcaldes de la UNE. Esto ya ha sucedido en Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador. ¡No permitamos que el socialismo del siglo XXI tome Guatemala! ¡Luchemos ahora que todavía se puede! Vamos todos en paz al centro a protestar y a exigir elecciones limpias como es nuestro derecho como ciudadanos. ¡Dios salve a la República! ¡Dios salve a Guatemala, su libertad, su soberanía y nuestra Constitución!